TLte conozco desde hace muchos años. Buena persona. Afable en el trato. Imagino que nunca pensó en la que se le venía encima cuando optó a la máxima representación de IU en Extremadura. Con su cartera cruzada en bandolera ha ido de mitin en mitin durante la campaña electoral. Físico y espíritu impregnado de progresía setentera, tiene Escobar alma de maestro. En algún momento se definió como perdedor nato. Pues ahora no ha perdido y no sabe qué hacer con la victoria. "Cuidado Pedro" le dijeron en la reunión que ha mantenido con los responsables de la coalición en otras comunidades. Cuidado, digo yo, porque ha pasado del tiempo de predicar al momento de dar trigo. Y no es lo mismo. Ahora son otros los que se dirigen a él con aire de prédica. Tiene que funcionar la razón le han dicho también en la reunión madrileña, pero me pregunto dónde está la razón y qué espacio se deja a las tripas, a eso que se lleva dentro y a lo que cuesta la misma vida renunciar. Las bases, los simpatizantes tienen la oportunidad de pronunciarse, y luego los órganos de este partido/coalición deberán decidir. Presión desde dentro y presión desde fuera. Los que esperan su decisión dicen que respetan el proceso, pero la presión existe.

Paseaba esta semana Pedro, el bueno, por el amplio espacio frente a la Catedral de Badajoz. Absorto, ajeno a lo a su alrededor ocurría. El teléfono pegado a la oreja. Más de doscientos mensajes sin contestar. No tenía tiempo. Ni siquiera celebró el resultado electoral, abrumado por la responsabilidad de esa llave que le vino en forma de votos.

Tres escaños que no son una ofrenda a depositar ante nadie, son la posibilidad de influir en la construcción del futuro de Extremadura.

Difícil se ponen las cosas cuando el tiempo de predicar se acaba.