Miguel Angel Perera fue el triunfador del mano a mano celebrado ayer en Colmenar Viejo al cortar tres orejas, una de cada toro que lidió, y salir a hombros al igual que el domingo en Linares, mientras que un desangelado Sebastián Castella se fue de vacío.

Perera fue la ambición y la suficiencia personificada, lo que le valió una oreja de cada toro que estoqueó; y Castella fue el desánimo, sin acabar de resolver nada, eso si, con el lote menos propicio, todo sea dicho.

El extremeño, por su parte, llevó a cabo una primera faena de suficiencia aunque algo ayuna de emoción a un toro que tuvo mucha nobleza en la muleta pero ninguna transmisión . Toreo largo, pausado y ligado de Perero, mejor por el lado derecho, en el prólogo; y el arrimón y los consabidos circulares del final. Mató a la primera, y oreja.

El sobrero de Algarra que salió en cuarto lugar sirvió mucho para que Perera volviera a cuajar una faena sobre la base del temple, en la que hubo tandas de muletazos de trazo largo y sentido, todo limpio y muy ligado. La faena al sexto fue la de más consistencia de toda la tarde. También el toro fue el que más se prestó de largo. Rayó a gran altura desde los pases cambiados de inicio de faena hasta los circulares finales. Entre medias, firmeza y quietud, elegancia y mano baja. Toreo de extraordinaria ligazón y limpieza por los dos pitones. Gran Perera en todo.