El pintor Eduardo Urculo, de 65 años, falleció ayer de un infarto masivo en la Residencia de Estudiantes de Madrid al final de un almuerzo con personalidades del mundo de la cultura y varios amigos. Nacido en Santurce (Vizcaya) en 1938, Eduardo Urculo se dedicó toda su vida al arte pictórico pasando por diversos estilos, desde el expresionismo negro, la pintura pop, hasta el neocubismo y distintos medios artísticos, desde el lienzo al mundo del cómic, del cartel o de la escenografía. Tuvo una vertiente como escenógrafo, que inauguró en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

"Militante inevitable de la figuración", según se definió el mismo, fue uno de los máximos exponentes de la pintura pop española, un artista que en símbolos como los sombreros y las maletas retrató a un ser humano itinerante.

Estudió Bellas Artes en Madrid y comenzó mostrando su visión trágica de España en unos cuadros de expresionismo negro. En la década de los setenta pasó a ser un artista cotizado, cuyo tema central era la mujer, la preocupación por lo sagrado, la diosa madre y el contenido erótico.

Tras tomar la ciudad de Nueva York en los 80 como modelo de su pintura y el simbolismo del equipaje como una referencia romántica, a finales de los noventa dirigió su labor creativa hacia el mundo del cartel y de la escenografía.