Había desaparecido hacía décadas del archivo municipal de la parroquia de Santa María de Trujillo y no se conocía su paradero. El Procesionario era un libro en el que el Cabildo fue anotando todas las procesiones celebradas en Trujillo desde el Medievo hasta 1720. Pudiera parecer irrelevante, pero los expertos le daban un gran valor por su carácter histórico y por su importancia para el patrimonio cultural, literario, folclórico y antropológico de Extremadura. Tras años en el olvido, los cronistas oficiales de Trujillo y Puerto de Santa Cruz, José Antonio Ramos y Francisco Cillán, respectivamente, lograron localizar el documento en el archivo parroquial de Santa Cruz de la Sierra, lo estudiaron y han editado un facsímil.

El trabajo de estos dos doctores en Filosofía y Letras ha sido "arduo, muy trabajoso", reconocen. Pero sus desvelos han encontrado fruto con la publicación del libro facsímil editado por la empresa Logistart. Es una réplica del Procesionario que se escribió en el siglo XVIII. En él, el Cabildo de Trujillo anotó, por orden de don Antonio García de Zejos, beneficiado de la Santa Vera Cruz y Capitular de dicho Cabildo, todas las procesiones que se habían estado celebrando en la ciudad desde el Medievo hasta la fecha del mismo, en 1720.

El facsímil consta de un total de 270 páginas e incluye un interesantísimo estudio de los profesores Cillán y Ramos con argumentaciones histórico-artísticas al efecto del libro original.

Gracias al trabajo, se puede realizar un recorrido por las procesiones que se han celebrado en Trujillo entre los siglos XV y XVIII.

Cillán y Ramos destacan algunas procesiones que ya no se celebran pero que tuvieron un gran auge en esos siglos: la de San Gregorio, la de San Fabián y San Sebastián, Santa Lucía, San Juan y la del Lunes de Quasimodo. Además, una de las principales aportaciones que realizan los autores es dar a conocer ermitas que han desaparecido, y por un concienzudo estudio de investigación, los retablos e imágenes que contenían dichas ermitas, las horas de celebración de las procesiones y el recorrido de cada una de ellas.

Dos eruditos

José Antonio Ramos es un erudito que tienen publicados 54 libros y centenares de artículos. En su casa antigua de Trujillo guarda una magnífica biblioteca con más de 10.000 volúmenes y una colección pictórica y escultórica de artistas costumbristas de los siglo XIX y XX (Felipe Checa, Covarsí, Barjola...). Bucear en los entresijos de la historia es su gran pasión, al igual que la de Cillán, uno de los más acreditados antropólogos de Extremadura. Ambos aseguran que lo más importante es la investigación y la objetividad que aportan en sus trabajos. "Descubrir paso a paso la vida de nuestros antepasados, qué pensaban, las cosas que hicieron y el por qué lo hicieron o construyeron así es la base de nuestro trabajo", recalcan.