El equipo encargado de investigar la desaparición de María Teresa Fernández en Motril (Granada) hace tres años ha descartado cualquier vinculación con las muertes de las malagueñas Sonia Carabantes y Rocío Wanninkhof, relacionadas por una prueba de ADN. La policía aún ignora si María Teresa sigue con vida.

María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto del 2000, cuando tenía 18 años. La última vez que se la vio fue sobre las 21.50 horas en una parada de autobús con destino a la feria del municipio. No hay ninguna pista sobre lo que pasó después. "Ese es el principal problema al que nos enfrentamos", dijo ayer a este diario Antonio Fernández, padre de María Teresa, sobre cuyo caso no hay pistas.