La Guardia Civil ha tomado declaración como sospechoso de la desaparición y posible homicidio del niño Yéremi Vargas a un antiguo residente de la misma localidad donde vive su familia, Vecindario (Gran Canaria), que desde el 2015 está preso por una agresión sexual a otro menor.

Fuentes de la investigación han confirmado a Efe que se trata de un hombre de 56 años, al que agentes de la Unidad Central Operativa interrogaron ayer en la cárcel de Algeciras (Cádiz), donde está interno, bajo los cargos de detención ilegal, secuestro y homicidio.

Nueve años después de la desaparición del niño y tras varias líneas de investigación que llevaron a callejones sin salida, al menos dos pistas han conducido hasta este presunto pederasta, identificado como Antonio O.: el Renault 5 blanco que fue visto en la misma zona donde se perdió el rastro de Yéremi y los comentarios que él mismo ha hecho en la cárcel sobre el caso.

Fuentes próximas al caso han señalado que el recluso contó en la prisión de Algeciras que vio cómo se llevaron al niño grancanario y quiénes lo hicieron.

Al parecer, el sospechoso ha hecho ese tipo de comentarios más de una vez y se ha situado él mismo en el lugar de los hechos el mismo día de la desaparición, el 10 de marzo de 2007.

Las pesquisas sobre este caso se desarrollan bajo secreto de sumario, pero la familia ya ha recibido información sobre las nuevas pistas y se teme lo peor, según reconocieron a los periodistas su madre, Ithaisa Suárez.

LA MADRE, DESTROZADA Dice estar "destrozada" desde hace tres semanas, cuando la Guardia Civil le habló por primera vez del nuevo sospechoso, y sabe que se trata de un hombre que vivía a unos 50 metros de su casa.

"Mi padre lo conocía. Lo había visto mirando a los niños en el solar cuando estaba jugando", ha relatado Ithaisa Suárez.

Las fuentes consultadas por Efe han precisado que el sospechoso ni ha confesado los hechos, ni ha acusado a nadie de la desaparición del crimen, por lo que los investigadores han tomado su testimonio con cautela.

Lo mismo ha pedido el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, que ha demandado a la prensa "prudencia" y "paciencia" para que la Guardia Civil pueda completar su trabajo.

El instituto armado, que tiene un equipo volcado en esta causa desde el primer día que se perdió de vista al niño, ha seguido a lo largo de estos nueve años diferentes pistas, que incluso le han llevado a investigar a ciudadanos británicos encarcelados en el Reino Unido por delitos sexuales que en aquellas fechas vivían en Gran Canaria. La Guardia Civil solicitó la colaboración ciudadana para localizar al propietario del vehículo, mientras seguía trabajando otras líneas.