El ministro de Sanidad británico, Alan Johnson, se ha mostrado partidario de la inclusión automática de los ciudadanos del Reino Unido en un registro de donantes de órganos salvo que pidan expresamente su exclusión.

Según la BBC, el político laborista ha pedido a sus inmediatos colaboradores que examinen la viabilidad de ese proyecto, que él mismo reconoce "delicado", pero que considera "vital" dada la actual escasez de órganos.

Johnson sigue una recomendación al respecto del máximo responsable de los médicos británicos, Liam Donaldson, que fue, sin embargo, rechazada en el 2004.

Actualmente más de 8.000 personas residentes en el Reino Unido necesitan recibir un órgano, pero el número anual de trasplantes que se llevan a cabo en este país es de 3.000, y se calcula que cada día muere un paciente al no llegar el órgano que necesita urgentemente.

Solo trece millones de personas, en torno a un 20% de la población, figuran como donantes voluntarios en el registro a pesar de que un 70% dicen, en los sondeos, que están dispuestos a donar sus órganos a su muerte.