El viernes 19 de abril, a las dos y media de la madrugada, durante la persecución del segundo responsable de las bombas del maratón de Boston, la cuenta de Twitter del departamento de policía de la ciudad lanzó el siguiente tuit: "Hay un incidente activo en Watertown. Aconsejamos a los residentes en ese barrio que se queden en sus casas". Horas después, hubo un segundo trino: "Alertacomunitaria: Pedimos a los vecinos de Watertown que se queden dentro de sus casas. No conteste a la puerta a no ser que se lo indique un oficial de policía". Igualmente se usó esa plataforma para avisar de que el peligro había pasado: "¡CAPTURADO! La caza ha terminado. El terror se ha acabado. La justicia ha ganado. El sospechoso ha sido detenido".

El uso que, para lanzar una alerta en toda una localidad, ese cuerpo policial hizo de Twitter es puesto como ejemplo por los expertos para destacar las enormes posibilidades que la red social tiene para alertar a la población sobre grandes situaciones de emergencia.

El argumento de base es que puede haber miles de personas que se encuentren en la calle, sin acceso ni a televisión ni a radio. "Sin embargo, muchos de ellos llevan en el bolsillo un smartphone con la aplicación de Twitter. Lanzando ahí una alerta se puede avisar en un plazo muy corto a una gran audiencia, que de otro modo, por estar en la calle, tardaría más en enterarse", comenta Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en la IE Business School y experto en redes sociales, que describe esa posibilidad como la creación de un enorme grupo de WhatsApp que englobara a una parte importante de la sociedad.

Este experto pone de relieve el gran potencial de difusión de Twitter, pues a los seguidores de una cuenta se suman los seguidores de todos aquellos que retuitean un mensaje. "Esta red tiene una extraordinaria capacidad viral y eso la hace muy útil para lanzar avisos", considera Dans, que señala que en España todavía no se ha dado, por fortuna, una situación de emergencia en que se haya podido aprovechar ese potencial.

Esa misma capacidad resulta muy útil en casos como la localización de personas desaparecidas. Así, por ejemplo, el pasado 17 de junio, desde su canal oficial en esta red social, la Guardia Civil tuiteó el siguiente mensaje: "Ayúdanos a encontrar a Fernando, de 78 años, desaparecido el sábado en Segovia. Si le ves, por favor, 062 ó 091". Obviamente, el mensaje adjuntaba una fotografía. Fue retuiteado 332 veces, la mayor parte de ellas por gente de la zona.

AGRESOR SEXUAL Es por eso que el Cuerpo Nacional de Policía trabaja para aprovechar las posibilidades estrictamente policiales de Twitter. Es lo que se conoce como el policía 3.0, en que el agente usa Twitter, Facebook, YouTube y el conjunto de las redes sociales como una herramienta para sus investigaciones.

De hecho, algunas investigaciones ya se han resuelto gracias a las redes sociales permitiendo localizar a testigos de acciones criminales y, posteriormente, a sus autores. Así ocurrió con la agresión sexual sufrida por una chica en Sevilla. La joven había participado en un botellón y un joven había abusado de ella aprovechando su estado de embriaguez. Miembros del Grupo de Redes Sociales del Cuerpo Nacional de Policía lograron localizar a varias personas que, en Twitter, aseguraban haber presenciado lo ocurrido. Tras contactar con ellos, algunos aceptaron colaborar y su testimonio sirvió para localizar y detener al agresor de la joven.