Pese a las amenazas de incumplimiento y protestas de algunos sectores --fundamentalmente la industria tabaquera y los hosteleros, que esgrimían su ruina económica--, la ley del tabaco cumple sus primeros tres meses con una "elevadísima aplicación" que supera el 97% en toda España y un "impacto económico imperceptible".

El Ministerio de Sanidad hizo ayer este balance --corroborado por las consejerías de salud de las autonomías--, lo que contrasta con la ley anterior del 2005, que no incluía el veto total al humo en los lugares de ocio cerrados y que originó muchas discusiones sobre su interpretación.

Con esa ley, muy pocos hosteleros adaptaron sus espacios y, además, dejaban fumar a los clientes. En Madrid ningún bar, discoteca o restaurante fue multado por saltarse la legislación durante este periodo. En cambio, Catalunya fue la comunidad que con mayor rigor aplicó la norma y en la que los hosteleros más gastaron en adaptar sus locales.

"Hay un magnífico cumplimiento de la ley, de manera generalizada y visible. La población la ha entendido como una medida de protección de la salud", resumió José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad y padre de la nueva norma.

Olmos también alabó el comportamiento cívico de los fumadores y el esfuerzo de los hosteleros.

El departamento que dirige Leire Pajín cifra en unas 500 las aperturas de expedientes en toda España formuladas en los casi 100 días sin pitillos en bares y otros locales. "Una minucia si se tienen en cuenta los millones de personas que cada día acuden a los lugares de hostelería", valoró Olmos. Las sanciones van lentas porque los expedientes llevan su tiempo con un periodo de alegaciones y recursos, pero hay indicios de que unos 50 acabarán en sanción. Solo se han abierto 10 expedientes.

"La elevada aceptación ha sido una sorpresa, incluso en las zonas de copas", coincidió Josefa Ruiz, secretaria general de Salud Pública de Andalucía, que desde el 2 de enero ha practicado 17.000 inspecciones.