El Rey estrenó ayer el AVE Madrid-Barcelona para realizar una visita privada a la capital catalana. Juan Carlos subió al tren de alta velocidad en la estación de Atocha a las 15.00 horas, poco después de haber presidido en Madrid el homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo del 2004. El Rey viajó con miembros de su séquito en los vagones de la clase preferente y llegó a la estación barcelonesa de Sants con gran puntualidad británica, a las 17.38 horas.

Su presencia no pasó desapercibida para los viajeros que se encontraban en el vestíbulo de la remodelada estación del AVE. El Monarca saludó a los curiosos que se detuvieron al verlo pasar y después subió a un vehículo oficial, el mismo que lo llevaría a última hora de la tarde a la Clínica Planas, conocido centro médico de la ciudad especializado en cirugía plástica y estética, y en tratamientos cosméticos, dentales y de antiedad.

Juan Carlos llegó al centro médico sobre las ocho de la tarde. La clínica no quiso confirmar la presencia del Rey ni los motivos por los que acudió al centro. El Monarca suele acudir al centro un par de veces al año para someterse a un tratamiento antiedad. El Rey viaja a Barcelona con frecuencia, no solo porque aquí vive su hija Cristina, sino porque es su costumbre hacerse los chequeos médicos en la capital catalana. El último de ellos tuvo lugar en octubre del 2007. Juan Carlos se sometió a una revisión en el Centro Internacional de Medicina Avanzada (CIMA) y en la Clínica Planas, que dieron unos resultados "plenamente satisfactorios".

Según algunas fuentes, el Rey pernoctó anoche en Barcelona. Probablemente pasó la noche en casa de la infanta Cristina, que vive a pocos metros de la clínica. Mientras su abuelo llegaba al centro médico, se pudo ver a los dos nietos más pequeños, Irene y Miguel Urdangarín, llegar del colegio acompañados por los escoltas. Ayer, su madre no pudo ir a recogerlos a la escuela porque estaba en Madrid, donde inauguró la exposición Hilos de esplendor. Tapices barrocos en el palacio Real.