Tras un largo batallar por parte de afectados y médicos, el reconocimiento de la sensibilidad química múltiple (SQM) como enfermedad está a un paso. Y, sobre todo, la posibilidad de un mejor diagnóstico y tratamiento del hasta medio millón de afectados que pueden padecerla en algún grado en España, según algunos expertos. El Ministerio de Sanidad ha concluido el borrador de una estrategia y un protocolo --elaborados por científicos y profesionales sanitarios-- pioneros en Europa que lo harán posible, según explicó el secretario general, José Martínez Olmos. La iniciativa desterrará la incomprensión y el escepticismo de muchos médicos e incluso familiares que no conocen esta compleja enfermedad, crónica, incurable y en aumento, caracterizada por la pérdida progresiva de tolerancia a agentes químicos tan diversos y comunes como productos de limpieza, colonias, disolventes, ciertos alimentos, medicamentos y radiaciones electromagnéticas.

El borrador, cuya larga gestación se inició en abril del 2010, se enviará esta semana a las asociaciones de enfermos y a las comunidades autónomas para que realicen sus aportaciones. Luego será presentado en el Consejo Interterritorial de Salud, para su aprobación definitiva y su puesta en marcha. Aunque el reconocimiento a efectos laborales y para obtener la incapacidad permanente, uno de los caballos de batalla de los afectados, es una competencia que, según Olmos, no corresponde a Sanidad sino a otros departamentos ministeriales, y también debería pronunciarse la Unión Europea.

PROCESO LENTO

No obstante, la nueva estrategia sí servirá de apoyo a la campaña internacional que impulsan 13 asociaciones de afectados para que la SQM sea incluida en la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que se revisará en el 2012.

En países como Alemania, Austria, Japón y Australia ya se ha reconocido la enfermedad. Los afectados esperan seguir reuniendo pruebas y ya han trasladado sus peticiones a la directora de Salud Pública de la OMS, la española María Neira.

Los médicos propuestos por las asociaciones de afectados y los expertos y asesores del Ministerio han revisado un total de 1.300 referencias bibliográficas. El resultado es, según el secretario general, el protocolo más completo elaborado hasta la fecha en Europa, cuyo primer objetivo es tratar de hacer un diagnóstico lo más precoz posible, para frenar el avance del síndrome.

"El problema --explicó Olmos-- es que no se tiene clara la panoplia de la sintomatología y, a veces, el SQM se confunde con otras enfermedades. Por eso, se ha puesto sobre la mesa todo lo que sabemos". Esta falta de conocimiento por parte de los profesionales sanitarios ha llevado a los redactores de la estrategia a promover que su estudio se incluya de manera urgente en las planes de las facultades de medicina.

El rosario de problemas continúa con la dificultad de dar con un tratamiento efectivo de la enfermedad. El documento reconoce que, "de acuerdo con las evidencias científicas, no se pueden aconsejar medidas terapéuticas concretas", y que tampoco "existe tratamiento curativo". Por ello se propone centrarse en tratar los síntomas y en evitar posibles situaciones desencadenantes.

Los colectivos de afectados vienen denunciando una asistencia deficiente e inexistente en algunas comunidades.