Rafael Matesanz, presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), aseguró ayer que la difusión de la identidad del donante que hizo posible que el pasado miércoles se llevara a cabo el primer trasplante de cara de España "fue culpa de todos": del hospital, de los medios de comunicación y de la propia ONT. A su juicio, esta vulneración, que desató la indignación de familiares y médicos, supuso "un problema muy serio dentro de un hito espectacular en la medicina española", llevado a cabo por el equipo del doctor Pedro Cavadas en el Hospital Universitario La Fe.

El coordinador de trasplantes relató a RNE que la presión mediática hizo que la operación fuera transmitida prácticamente en directo. Partiendo de esta premisa y a pesar de estar prohibido por la ley, a su juicio era muy difícil mantener un secreto "porque son muchas las personas que pasan por un hospital".

De hecho, antes incluso de acabar la intervención, que duró 15 horas, ya se habían filtrado datos muy sensibles del donante, hasta la cama donde había estado ingresado y el aspecto que tenía. "La filtración salió del hospital y, desde luego, fue difundida por algunos medios de comunicación. Es responsabilidad de todos, hemos fallado colectivamente", lamentó.

Matesanz, creador hace 20 años de la ONT, un modelo de organización imitado en todo el mundo y que será propuesto durante la próxima presidencia española de la UE como embrión de un sistema europeo, resaltó que este ha sido un fallo único entre los 25.000 donantes que ha coordinado la entidad. "Por la parte que me toca, solo puedo pedir mis más sentidas disculpas a toda la familia, porque no hemos correspondido al gesto máximo de solidaridad que ha representado la donación, y que salvó varias vidas, además de permitir el trasplante de cara".

APRENDER DEL ERROR El responsable de la ONT se mostró preocupado porque una agencia de información diera detalles del donante citando como fuente al personal sanitario. Se limitó a comentar que el mensaje no era nada positivo y que podía provocar un descenso de donantes, empezando por los dos de cara previstos en los hospitales Virgen del Rocío de Sevilla y Vall d´Hebron de Barcelona. Ayer mostró su esperanza de que la filtración, "único borrón en una gesta médica impresionante", no incida negativamente, y confió en que no se volverá a producir "porque no habrá tanta presión mediática", ya que no será el primer trasplante de cara y la Administración sanitaria también será más prudente.