El Ministerio de Sanidad y Política Social estudia dar la posibilidad a bares, cafeterías y restaurantes de seguir vendiendo tabaco en sus establecimientos a través de máquinas expendedoras pese a que, con el endurecimiento de la actual ley antitabaco que planea el departamento de Trinidad Jiménez, no se podrá fumar en ninguno de ellos.

En la reunión que mantuvo Jiménez el pasado martes con representantes de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), que agrupa a entre 50.000 y 55.000 hosteleros, la ministra se mostró comprensiva con las preocupaciones de este sector ante el endurecimiento de la ley antitabaco ya que "pueden perder una importante fuente de ingresos y favorecer el cierre de nuevos establecimientos", ha explicado el director del departamento de política sectorial de esta entidad, César García.

Ahora, sino se está adaptado, no se vende

Con la normativa actual, vigente desde enero de 2006, todo aquel establecimiento que no esté adaptado para poder fumar tampoco puede vender tabaco a través de máquinas expendedoras, por lo que los hosteleros temen que, al erradicar el consumo de tabaco en cualquier espacio público cerrado, Sanidad ponga fin a también a su venta y la limite a los estancos.

De hecho, García ha asegurado que los ingresos que se obtienen por tener una máquina expendedora de tabaco ascienden a casi 6.000 euros anuales de media, variando en función del tamaño y la localización del establecimiento, algo que "suele ser una ayuda para pagar los seguros o parte del alquiler del local". Además, también hay que tener en cuenta las ganancias indirectas por el consumo que acompaña a la compra del tabaco.

Por ello, desde UPTA piden "llegar a un término medio" y dar la posibilidad a los hosteleros de seguir vendiendo tabaco para "minimizar el impacto económico que ya de por si tendrá la nueva ley", algo ante lo que, aseguran, Trinidad Jiménez se mostró sensible y reconoció que es una de las medidas que está contemplando su departamento.

Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguran que la prohibición del tabaco no tiene que ir obligatoriamente relacionada con la retirada de las máquinas expendedoras de estos locales --como sucede actualmente--, ya que la ley en que están trabajando será nueva y puede seguir patrones distintos a los de la norma actual.