Un error "totalmente inaceptable". Con tan rotundo mea culpa, Scotland Yard pidió ayer "disculpas a la familia real por la terrible violación de la seguridad ocurrida en Windsor el sábado por la noche". La presencia de un intruso, que se coló en la fiesta de cumpleaños del príncipe Guillermo burlando un sistema de protección de 2,8 millones de euros, docenas de cámaras y un centenar de policías, resulta incomprensible.

Vestido con un traje de mujer rosa, el cómico Aaron Barschak, que llevaba un turbante en la cabeza y unas barbas como Osama bin Laden (en la foto), "accedió subiéndose a un árbol, saltando un muro y alcanzando después una terraza", según la versión del vicecomisario David Veness. Barschak convenció a un policía y pudo acceder a la zona donde se celebraba la fiesta.