Alejandro Talavante, con tres orejas, abrió ayer la puerta grande de La Glorieta al término del quinto festejo de la Feria de Salamanca y en el que Morante de la Puebla mostró su lado más indolente al tratar de inhibirse de la lidia de su segundo y complicado toro. Cayetano despertó división de opiniones en su primero y recibió palmas en el segundo.

Se lidiaron cuatro toros de la ganadería de Domingo Hernández y dos de Garcigrande. De juego desigual, destacaron el tercero por su nobleza y el quinto por su bravura, que le valió la vuelta al ruedo.

Un entregado Talavante, que salió a hombros por segundo día consecutivo después de su triunfo en Murcia el lunes, realizó sendas faenas con pasajes de emoción y arte.