Puede que no tengan los papeles en regla, pero es muy raro que no lleven un teléfono en el bolsillo. Casi todos los inmigrantes que viven en España disponen de móvil y en sus casas no faltan la televisión, la lavadora y el frigorífico. Son pocos, sin embargo, los que instalan aire acondicionado y tienen lavavajillas, mientras que el DVD y la cámara de vídeo están presentes en casi la misma proporción que en los hogares autóctonos.

Que nadie se llame a engaño, porque no solo no van a dejar de llegar personas extranjeras, sino que las que ya están aquí --cuatro millones y medio-- no tienen ninguna intención de marcharse.

Las prospecciones para el 2015, que duplican el número actual de inmigrantes, apuntan que los extranjeros dejarán de ocupar los puestos menos cualificados para atender a la necesidad creciente de titulados universitarios.

Hoy por hoy, siete de cada 10 inmigrantes expresan la voluntad de quedarse a vivir en España mientras, paulatinamente, se consolidan como segmentos de mercado en auge vigilados ya muy de cerca por las compañías más visionarias. Las empresas de márketing estudian estrategias de acercamiento y saben que el éxito pasa por un conocimiento respetuoso de estos nuevos residentes y sus necesidades. Algunas de las consultoras más prestigiosas del país --Nielsen, People Matters y Ernest & Young-- hicieron ayer un exhaustivo retrato robot del inmigrante en el marco del encuentro organizado por el grupo de comunicación Das/Omnicom bajo el título de El inmigrante como consumidor emergente.

LO MAS SORPRENDENTE El consumo de telefonía móvil es sorprendente. "El 93% de inmigrantes tienen móvil, por encima del 86% de los ciudadanos autóctonos", destacó ayer Angeles Zabaleta, responsable de los estudios de Nielsen, que también planteó una progresiva implantación, ya bastante significativa, del ordenador (27% de hogares) y el acceso a internet (16%). Los latinoamericanos tienden a un uso más extendido del ordenador.

El grueso de inmigrantes siguen viviendo de alquiler, pero empieza a notarse la consolidación de los que ya llevan tiempo y comienzan a adquirir viviendas de propiedad (15%). Las que ya empiezan a frotarse las manos son las empresas automovilísticas, con especial incidencia en las que comercializan vehículos de segunda mano.

"Un poco por obligación y otro poco por reconocimiento de las ventajas de la dieta mediterránea, los inmigrantes incorporan la dieta española a sus hábitos", explicó Zabaleta, para añadir que, sin embargo, hay alimentos de sus respectivos países que dejan de consumir por dificultades en la elaboración, la falta de tiempo o de productos. La jefa de prospecciones de la empresa Nielsen explicó que "han dejado de consumir cuscús en un 20%", pero les chifla la paella con mucha diferencia sobre la tortilla de patatas.

Los criterios de compra de los inmigrantes en alimentación no difieren demasiado de los autóctonos: manda la relación calidad precio y la cercanía a la vivienda. Cuando salen --el colectivo latinoamericano lo hace mucho más que el magrebí-- escogen bares y cafeterías por encima de restaurantes. En este caso, eligen las cadenas de comida rápida.

ENVIO DE DINERO Las entidades bancarias --los inmigrantes dicen tener preferencia por La Caixa, el BBVA y Caja Madrid, que escogen guiados por el boca a oreja-- se están poniendo las pilas para hacerse con el control de los giros que más de la mitad de los extranjeros hacen a sus países de origen. La media es de una vez al mes por 241euros.