A 6.000 metros de profundidad, en los fondos marinos abisales, la vida es especialmente difícil. Hay montañas, volcanes y cañones -como en la superficie terrestre-, donde habitan especies de fauna y flora con fama de muy resistentes. Resistentes, sí, a las duras condiciones de las profundidades oceánicas, pero cada vez más vulnerables a los excesos humanos. En los grandes fondos submarinos, más abajo de los 250 metros de profundidad, se acumulan restos de contaminantes químicos de origen industrial y plásticos "que se degradan en microplásticos y que pueden ser ingeridos por la fauna de profundidad", advierten los investigadores del Censo de la Vida Marina (Syndeep). Sus consecuencias, agregan, "son todavía desconocidas, pero se prevén importantes".

CORALES EN PELIGRO Uno de los organismos más expuestos son los corales de agua fría, "que se encuentran en aguas con temperaturas de entre 4 y 13 grados y que no contienen algas simbióticas, ya que donde se encuentran no llega la luz del sol disponible para poder realizar la fotosíntesis", explican los miembros del Syndeep, una investigación que ha sido coordinada por la bióloga Eva Ramírez-Llodra, del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC).