Los resultados que Jesús Merino obtiene de su trabajo diario en el grupo de investigación Redes neuronales y procesamiento de señal de la Universidad de Extremadura son siempre matemáticos y no muy gratificantes, pero el que logró el pasado 2 de octubre le resultó bastante más emotivo. Le colmó de "satisfacción" y no precisamente porque obtuviera una calificación de matrícula de honor. Este investigador de 24 años, ingeniero informático, ha desarrollado en su proyecto fin de carrera un programa que lee en voz alta la información que recoge la pantalla del ordenador. Una aplicación realizada en software libre que amplía las posibilidades de las personas con deficiencia visual, y esto no ha hecho más que empezar.

Ideado en un primer momento para labores de estudio, el trabajo informático y social de este joven de Badajoz, resulta más extenso de lo que él mismo pensaba al principio. El software llamado VITIS trabaja con Microsoft Word, el procesador de textos más comúnmente utilizado, y es compatible con los navegadores Mozilla Firefox e Internet Explorer. Sin duda, una herramienta que facilita la utilización del ordenador como medio para salvar las barreras de accesibilidad de las personas con discapacidad más amplía de la que Merino se planteó y menos de lo que será en un tiempo. De ahí su satisfacción. "Es un trabajo en el que se trata con las personas directamente, es lo que quería hacer, un proyecto más social", explica.

Actualmente compatibiliza su trabajo como investigador en Cáceres en el grupo de la Uex en el que desarrollan proyectos para interpretar imágenes satélites o simulaciones de arquitectura, entre otros muchos, con su empeño por mejorar VITIS, pero para ello necesita también la colaboración de alguna institución. "Es un programa adaptable que se puede desarrollar mucho más para ser utilizado por personas con otras discapacidades, no solo visuales, e incluso en otros idiomas, gracias a su composición modular".

No es el primero de este tipo, pero sí es el primero gratuito, en castellano y utilizado en Windows --los gratuitos que existen utilizan entorno Linux, menos extendido--. Ya lo han probado dos estudiantes con discapacidad visual y el resultado no ha podido ser mejor. "Ha sido muy satisfactorio", dice Merino. "Uno de ellos --de los estudiantes-- no tenía opción a comprar una licencia de un software similar y está maravillado, y el otro tiene un programa parecido pero cuesta 900 dólares", asegura el joven.

La aplicación ya está lista, pero estará disponible dentro de un par de semanas en www.micromer.es, abierta a todas las peticiones de los usuarios que lo soliciten, una vez que Merino desarrolle su página web accesible para poder descargarlo. Se trata de un trabajo, dirigido por los profesores Rosa M Pérez y David Valencia, que también pretende crear conciencia entre la población para mejorar la accesibilidad de los discapacitados a la tecnología, "igual que se hacen accesibles las construcciones". Una investigación solidaria de matrícula.