Las inclemencias del tiempo fue la excusa que toreros, empresarios y presidencia expusieron para suspender la corrida de toros por la festividad del patrón cacereño, San Jorge. El público asistente al espectáculo taurino quedó sorprendido al encontrase con una tarde soleada con un terreno en relativas buenas condiciones, y sin mediar ninguna explicación por parte de la empresa y de la autoridad competente se empezó a rumorear en los tendidos que no se celebraría la corrida. La indignación fue creciendo en la plaza, y la verdad es que no apareció ningún cartel que anunciara que el festejo no iba a comenzar. La respuesta de la empresa a EL PERIODICO EXTREMADURA fue que había un acuerdo entre los toreros y la autoridad alegando el mal estado del terreno y el viento. El presidente de la corrida confirmaba que es una decisión de la empresa y los toreros y que si los espadas no quieren torear no se le puede obligar: "Todo esta reflejado en el acta", dijo.

La verdad es que la poca venta de papel en las taquillas, el viento y el estado del ruedo, que aunque no estuviera mal del todo, no era lo suficiente bueno para el lucimiento de las figuras del toreo.

Responsables fueron todos, los matadores Juan Mora --director de lidia--, Manuel Caballero, y Rivera Ordóñez. La empresa, que con esta opción perdía menos dinero y la autoridad que ha permitido que esto ocurra. El perdedor fue el aficionado, venido desde varios puntos de fuera de Cáceres, de la peña de Juan Mora en Plasencia, y el de casa, al que se cuida poco y al que este tipo de desplantes no le sientan nada de bien.