Los primeros exámenes toxicológicos han descartado que los tres miembros de una misma familia fallecidos hace una semana en Alcalá de Guadaira resultaran intoxicados por un alimento. La investigación se centra ahora en algún elemento de naturaleza química no identificado para luego saber cómo pudo entrar en contacto con las víctimas.

Fuentes de la investigación citadas por Efe precisaron que por la sintomatología presentada por los tres miembros de la familia (la madre era natural de Azuaga) y la rapidez con la que se desencadenó el fallecimiento permiten descartar una intoxificación alimentaria provocadas por alimentos en mal estado o incluso caducados.

Esta fue precisamente la hipótesis que cobró más fuerza en un primer momento al conocerse las dificultades económicas por las que atravesaba la familia, aunque rápidamente quedó descartada tras determinarse la procedencia del pescado ingerido por Enrique Caño, de 61 años y fontanero en paro que se ganaba la vida recogiendo cartones y chatarra; su mujer Concepción Bautista, de 50, y su hija de 14 en la cena del pasado viernes 14 de diciembre.

VISITAS MEDICAS Todos ellos presentaron el mismo cuadro médico con náuseas y vómitos, así como visión borrosa e incluso pérdida auditiva o de consciencia, según describieron los servicios sanitarios que les atendieron esa misma madrugada hasta en dos ocasiones tras ser llamados por el progenitor. En la segunda de las visitas, la menor --que presentaba los sintomas más graves-- ya estaba en parada cardiorrespiratoria.

En la casa aún conservaban los resguardos de la compra que habían realizado para la Navidad, lo que facilitó la tarea a los agentes a la hora de localizar la procedencia de dichos alimentos. Sin embargo, el Instituto de Toxicología de Madrid aún no ha terminado los análisis de las visceras y otros elementos, como alimentos y productos recogidos en la vivienda nada más producirse el suceso y posteriormente en nuevos registros realizados durante esta semana por los investigadores. Los resultados pueden tardar unos días dada su complejidad, según explicaron ayer fuentes del departamento, por lo que todas las líneas de investigación continúan abiertas.

No obstante, desde la fiscalía ya se descartó que las muertes se debieran a un suicidio o un homicidio. Y subrayaron que los datos manejados no apuntan a causas intencionadas. Así, parece cobrar fuerza la tesis de una manipulación accidental e involuntaria del componente tóxico.