Un colosal temporal de viento y mala mar comenzó a azotar ayer más de media España y amenaza con alcanzar hoy su cénit, con rachas de hasta 140 kilómetros por hora y olas de 10 metros, ocho incluso en la línea de costa. Es una alerta meteorológica que empequeñece por su magnitud el violento Sant Esteve que sufrió Cataluña el año pasado, que dejó cuatro muertos y grandes destrozos en pueblos costeros. Esta vez, sin embargo, la zona más castigada será toda la cornisa cantábrica (manchada íntegramente de llamativo rojo en los mapas de aviso), donde ayer los preparativos (paseos marítimos cerrados, prepartivos de evacuación, blindaje de cristaleras...) presagiaban lo peor. Anoche comenzó el castigo en Galicia. No será Cataluña la comunidad más castigada, pero la primera víctima del temporal falleció ayer en Barcelona.

Una mujer de 52 años paseaba por una calle cuando un golpe de viento derribó un muro de dos metros y medio de altura. Los bomberos la rescataron aún viva de debajo de los escombros y una unidad de emergencias médicas logró reanimarla, pero al final murió víctima de los golpes. Fue un suceso inesperado porque el viento por la mañana era suave, por momentos inexistente. En cierto modo, la mujer pereció en la primera racha, a las tres y media de la tarde.

SIN PRECEDENTES EN EUSKADI El temporal de Levante sorprendió a Cataluña en Sant Esteve y la nieve bloqueó Barajas contrapronóstico el 9 de enero. Esta vez, tal vez puede que como consecuencia de los anteriores fiascos, el margen para la sorpresa es nulo. Los preparativos en el País Vasco, por ejemplo, eran inauditos. No en vano, la viceconsejera de Interior, María del Yermo Urquijo, avisó de que se trata del viento huracanado y temporal de mar más fuerte que ha sufrido jamás Euskadi, más incluso que el de marzo del año pasado, que hundió medio centenar de embarcaciones. Ilustra a la perfección el miedo desencadenado entre la población la imagen de los comerciantes de la zona baja de San Sebastián sellando con maderas y ladrillos las entradas de sus comercios. Olas de ocho metros en plena playa, si llegan a confirmarse las previsiones, pueden ser temibles. En Cataluña, por comparar, las olas del día de Sant Esteve fueron de cuatro metros.

Tan inusual es el temporal que ayer comenzó, que los partes meteorológicos incluían un término reservado para ocasiones muy especiales: mar montañosa. Por encima de esa calificación solo queda ya la mar enorme. En un estado de mar montañosa, las embarcaciones de pequeño y medio tonelaje se pierden de vista, y las crestas de las olas son tan largas que sus puntas caen a modo de cascada.

35 PROVINCIAS AFECTADAS Sería un error, sin embargo, concluir que el temporal castigará solo la primera línea de costa. La alerta, poco, mucho o muchísimo, amenaza a 35 provincias. "Vitoria tampoco se va a librar muy bien de este fenómeno", alertó Urquijo, en referencia a la única provincia vasca sin salida al mar.

El temporal amainará hoy por la noche. Las hora críticas se supone que serán las comprendidas entre las siete de la mañana y la una de la tarde. Así, lo ocurrido ayer por la tarde y noche en Galicia se supone que fue solo un anticipo: árboles caídos, carreteras mermadas por la lluvia, grúas de la construcción tumbadas, la flota pesquera fuetemente amarrada en puerto...

A esa inclemencia hay que sumar que el riesgo de aludes este fin de semana en el Pirineo catalán es muy alto. Todo intento de practicar esquí fuera de pistas puede terminar en desgracia, según afirman los expertos.