A veces, lo que queda para la posteridad es cuando la música toca en honor de un torero de plata. Como ayer la Banda del Maestro Tejera, la legendaria banda sevillana, que se arrancó en honor de Javier Ambel, tan torero y tan nuestro, cuando el banderillero extremeño dio al tercer toro de la tarde un capotazo sublime, corriéndole hacia atrás y llevándolo muy largo. Antes había clavado un gran par Curro Javier, otro muy efectivo Guillermo Barbero, y a los acordes del pasodoble repitió Curro Javier otro par, sencillamente magistral. Se habían vivido unos momentos mágicos en una plaza mágica.

Y es que llegaba Miguel Angel Perera a un coso nada fácil para él. Un punto montado su primero, lo recibió a la verónica, alternando con tijerilla y chicuelina. Distraído ente lance y lance, sin embargo metía bien la cara. Perera maneja el capote cada vez mejor. Un toro al que quitó Morante con tijerillas y una media verónica de gran sabor.

Enorme el tercio de banderillas descrito y brindis de Perera al público. Inicio sin obligar al animal, daba sitio el torero para lograr dos tandas majestuosas, las que brotan cuando el toreo se hace sin violencias en el cite y con el trazo de media altura a muy abajo. En esto que, ante tanto poder, el animal se rajó con descaro. En la querencia del toro, junto a la puerta del patio de caballos, siguió Perera en la corta distancia. Mal con los aceros, saludó.

Se había ido El Juli a portagayola y Perera no fue menos ante el sexto. Toro que sacó buen tranco en banderillas. Inicio de faena sin obligar al animal, rematando por alto. Inmediatamente sitio y muleta adelantada. Ligazón en el toreo de Perera y mucha suavidad. En los medios, al natural, el astado salía distraído del engaño. Toro a menos, con mal final del muletazo, por lo que el de la Puebla del Prior se pegó un sincero arrimón. Perera, pleno de disposición, no había tenido toros en tarde de tanto compromiso.

Burraco musculado era el toro del reencuentro de Morante con la Maestranza. Estrechito de sienes, lo que se conoce como un toro de Sevilla. La gente quería y el de La Puebla también. Por ello el recibo a la verónica tuvo lo que siempre tiene cuando este singular torero vuela la tela y se mece con el toro: una forma única de componer porque se va con el animal. Grandioso el quite de tres verónicas y revolera. Respuesta de El Juli con tres chicuelinas y media. Uno no puede por menos que constatar que los grandes capoteros lo han sido por su verónica.

Inicio por alto y pronto en redondo, con cuatro de mano baja y trazo largo. Sigue con la diestra y el toro rápidamente a menos, pues le costaba repetir y soseaba al final del muletazo. Toro de poco fondo, pero en el recuerdo el toreo de capote de Morante y chispazos en el comienzo de faena.

Con un sorpresivo farol recibió Morante al cuarto, que embistió a su aire en el capote del sevillano. Toro sin fuerzas, que buscaba por dónde había salido. Comienzo de faena por ayudados por alto, con el natural y el de pecho repetidos. Pronto Morante se pone con la diestra, muletazos de bella factura, yéndose con el toro en el embroque y acompañando con la cintura.

Y en esto, un momento en el que apareció toda la verdad del toreo, cuando Morante citó dando sitio y, a toro arrancado, adelantó la pierna de salida para cargar la suerte. Toro muy a menos, que buscó con descaro la querencia de chiqueros, donde siguió Morante en una faena larga, al final jaleada cuando al natural llevó con primor al deslucido animal. Terminó con la diestra toreando muy despacito, y la guinda, el molinete abelmontado. Pudo suceder lo del otro día, pues el toro se puso imposible para entrarle a matar. Dos avisos y gracias.

Metía bien la cara el primero de El Juli pero echaba las manos por delante. De bonitas hechuras pero justas fuerzas. Inicio de faena, rebrincado el animal. Series en redondo muy templadas, con el animal embistiendo a cámara lenta. Al natural, muletazos largos de mano baja. Entendió al toro El Juli, con la receta infalible del temple. Al final en la corta distancia. Toro de buena condición al que el madrileño exprimió. Oreja.

A portagayola se fue El Juli ante el quinto. Recibo vibrante. Interminable la pelea del de Victoriano del Río en el caballo. Toro de extraordinaria fijeza aunque Salvador Núñez lo cuidó.

Brindis de El Juli y comienzo de faena por alto. El toro se le acostó dos veces por el pitón derecho, por lo que siguió al natural, llevándolo. Con mucha suavidad, toque y muleta abierta en el final del pase. Con la diestra, serie muy templada, haciendo al toro a ir a más. Otra igual, con el cambio por la espalda. Al toro le faltaba transmisión y el torero estaba sobrado de ganas. Al final acortó distancias pero antes El Juli dictó una lección de lo que es, técnicamente, la depuración que ha alcanzado el toreo.

Se había vivido una tarde sevillana en la que no hubo triunfos rotundos, pero sí detalles de Morante, una gran entrega de El Juli y Miguel Angel Perera, y un tercio de banderillas que fue inolvidable.