La mitad del parque automovilístico español tiene más de una década. Estos vehículos deben someterse a un mantenimiento más estricto para circular de forma segura. No obstante, la crisis ha llevado a muchas personas a retrasar las preceptivas revisiones en los talleres mecánicos o incluso ahorrarse del todo esa vigilancia. La inspección técnica de vehículos (ITV), a la que por ley están obligados los turismos con cuatro años de antigüedad, trata de localizar a aquellos que viajen sin las mínimas condiciones de seguridad. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha una campaña para que coches, motos, furgonetas, camiones y autobuses circulen con la ITV en regla.

En el organismo que dirige María Seguí sabían que la situación del parque móvil no es buena. De hecho, cuando hace unos días el director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Joan Josep Isern, alertó del peligroso envejecimiento de los vehículos en Catalunya, la directora de la DGT compartió con él esa preocupación. El Ministerio del Interior centraliza la información de las ITV. Desde esos concesionarios se había avisado de que muchos conductores optan por no reparar los desperfectos que se les señalan en un primer examen y no regresar. Otros directamente ni siquiera acuden a los centros autorizados y siguen circulando sin pasar la inspección ni lucir por tanto el preceptivo adhesivo en un lugar visible.

Para calibrar la magnitud del problema, la DGT organizó el pasado 26 de marzo un "muestreo de vigilancia y control", según reveló ayer. En este examen comprobó la situación de 40.000 vehículos en diferentes lugares de la red viaria española. Se verificó a través de la matrícula si ese coche, esa moto o ese camión, por citar algunos ejemplos, tenían la ITV superada. Del total de los vehículos inspeccionados, el 6,2% (2.462 casos) no la habían pasado o circulaban con la inspección "desfavorable", es decir, que en el momento de ser captados por las cámaras estaban inhabilitados para ir por las vías públicas.

El siguiente paso es que ahora la DGT hará llegar una carta a los titulares de esos poco más de 2.400 vehículos para instarles a regularizar su situación. Las misivas se enviarán a partir del próximo lunes.

MULTAS DE HASTA 500 EUROS En esa misma información de la Dirección General de Tráfico se dará un aviso a los infractores. En el caso de que se trate de un conductor que no haya pasado la inspección a pesar de que le tocaba hacerlo, se le recordará que, si en los próximos días no cumple, se le sancionará por una infracción grave, lo que comporta una multa de 200 euros.

La sanción se elevará a los 500 euros si se da la circunstancia de que el vehículo detectado en el control de marzo transitara por la red viaria con la ITV desfavorable y, a pesar del aviso de la carta en la que se insta al afectado a solventar los problemas de su medio de transporte en los dos meses de plazo marcados por la ley, este no acudiera a una estación de inspección para avalar que ha reparado los defectos. La DGT recordó que esta ofensiva trata de mejorar el estado del parque móvil y reducir la siniestralidad.