Mehmet Ali Agca, un terrorista ultraderechista turco, que disparó e hirió gravemente al papa Juan Pablo II, tras escapar de la cárcel en Turquía, donde fue encerrado por matar a un periodista turco en 1979, estará en libertad a partir de mañana.

El resto del mundo conoció el nombre de Agca el 13 de mayo de 1981, cuando disparó contra Juan Pablo II en Roma, pero él ya era conocido por el público turco desde que mató a tiros al más destacado periodista del país, Abdi Ipekci, entonces director del diario Milliyet, el 1 de febrero 1979.

SOLO O ACOMPAÑADO

Hayri Kozakcioglu, entonces jefe de la policía de Estambul, dijo que Agca "confesó el asesinato en menos de 24 horas sin ningún tipo de presión física. Pero probar que él era la única persona que disparó contra Ipekci no era suficiente".

Afirmó que Agca no estaba solo en ese incidente, que estaba preparado para eso, que no se dio el tiempo suficiente a la policía para investigar el caso y que detrás de él había una organización.

Este sigue siendo el misterio sobre Agca. Nadie cree que fuera un pistolero solitario, pero los entresijos de estos actos criminales no han podido ser descubiertos hasta ahora. Una vez en libertad, Agca se dedicará, con toda seguridad, a dar conferencias de prensa que harán surgir más preguntas, a vender entrevistas y recuerdos de su pasado, y a escribir libros y guiones para películas para hacer fortuna de su sangriento pasado, según sus planes.