Tres neonicotinoides --insecticidas derivados de la nicotina-- de gran uso en agricultura, destinados esencialmente al control de escarabajos, polillas, pulgones y otras plagas, quedarán prohibidos durante al menos dos años en territorio de la Unión Europea (UE) debido a la gran mortandad que ocasionan sobre las poblaciones de abejas. Así lo anunció ayer la Comisión Europea tras una votación entre los estados miembros que se saldó con una mayoría simple de 15 sobre 27.

Como subraya la Comisión, las abejas tiene un papel ecológico y económico fundamental porque son responsables de la polinización de numerosos cultivos. "Se calcula que tienen un impacto anual de 22.000 millones de euros", explica José Luis García, responsable de apicultura en la Coordinadora de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos de España (COAG).

El veto temporal afecta concretamente al tiametoxam, el imidacloprid y la clotianidina, tres neonicotinoides que están presentes en multitud de productos comerciales. "En España se emplean especialmente en cultivos de maíz, colza, algodón y girasol", prosigue García. Los tres productos están bajo sospecha desde hace dos décadas por los supuestos efectos neurotóxicos sobre el sistema nervioso de las abejas, que pierden la orientación, no logran volver a las colmenas y acaban muriendo. La decisión de prohibirlos, no obstante, procede directamente de un informe publicado en enero por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

En situaciones como las de ayer, en la que los Veintisiete no alcanzan una mayoría cualificada, la Comisión tiene potestad para decidir. Y en el caso de las abejas el Gobierno comunitario lo tiene claro, como recordó ayer el comisario de Sanidad, Tonio Borg: "El texto saldrá adelante en las próximas semanas ... dado que nuestra propuesta se basa en diversos riesgos para la salud de las abejas identificados por la EFSA".

En la decisión final ha sido fundamental el cambio de opinión de dos países, Alemania y Bulgaria, que en marzo se habían pronunciado en contra de la prohibición. Ayer, 15 estados votaron a favor, entre ellos España, 8 lo hicieron en contra y 4 se abstuvieron.

En cualquier caso, la Comisión ha aceptado que se revise la situación --estudios biológicos-- al cabo de dos años para analizar si la medida ha sido útil.