Lo más parecido al jardín del edén en la Tierra actual, según palabras del biólogo Bruce Beehler, es lo que ha hallado un equipo internacional de científicos en una montañosa región de la isla de Nueva Guinea. Un ave desconocida que come miel y otra que se daba por extinguida, 20 especies de ranas endémicas, un canguro arborícola, cuatro nuevas mariposas, el rododendro mayor del planeta y al menos cinco nuevos tipos de palmeras forman parte del tesoro natural que escondían las montañas Foja, una región de clima ecuatorial y selva infranqueable que nunca había hollado el hombre. Beelher, el jefe de la expedición, explicó ayer que muchas aves se mostraban confiadas en exceso: "Nunca habían visto al hombre".

Los 11 miembros de la expedición, procedentes de Estados Unidos, Australia e Indonesia, estuvieron en Nueva Guinea durante los pasados meses de noviembre y diciembre. Se desplazaron en helicóptero. "No había ni un solo camino, un solo signo de civilización, ni siquiera un signo de que hubieran existido comunidades locales", relata Beehler. Los expedicionarios explican que, sentados en el campamento, rodeados por plantas de hojas gigantescas, empezaban a aparecer especies nunca vistas. No hacía falta ni buscarlas.

Montañas vírgenes

"Probablemente es el ecosistema más prístino de toda la región de Asia y el Pacífico --prosigue el biólogo--. Había tantas cosas nuevas que era casi apabullante. Y apenas hemos rascado la superficie". Está previsto que la misión, organizada, entre otras, por Conservation Internacional, el Instituto Indonesio de Ciencias y la National Geographic Society, se reanude a finales de año.

Las montañas Foja se encuentran en el interior de la provincia indonesia de Papúa Occidental, un territorio indómito casi tan grande como España pero con sólo 2,5 millones de habitantes, concentrados en las costas. La guerrilla separatista y la lenta burocracia del Gobierno indonesio han contribuido a mantener este auténtico paraíso al margen del turismo. Salvo una expedición antropológica encabezada por Jared Diamond que se acercó a la zona hace 25 años, nunca ningún grupo se había adentrado en Foja.

La zona de estudio ocupa unas 300.000 hectáreas. Las montañas, que llegan a los 2.200 metros de altitud, y el aislamiento general han propiciado con el paso del tiempo el surgimiento de una flora y una fauna excepcionalmente originales, llenas de endemismos. Según relata la asociación Conservation Internacional en un comunicado, el primer descubrimiento que hizo el equipo, apenas a unas horas de su llegada, fue un extraño pájaro comedor de miel que resultó ser la primera nueva especie de ave descubierta en Nueva Guinea desde 1939. Al segundo día, los investigadores encontraron una variedad extraña de ave del paraíso que no había sido vista desde el siglo XIX. Beehler prosigue: "Fue muy emocionante cuando una hembra y un macho llegaron al campamento. El macho desplegó su plumaje ante la hembra y todos nosotros".

Además de canguros muy amenazados, descubrieron una especie totalmente inédita en la isla, el canguro arborícola de capa dorada, así como otros extraños marsupiales, desde equidnas de pico largo a ualabís, y hasta un sapo que sólo mide 14 milímetros. El coordinador en Indonesia de Conservation International, William Marthy, declaró que en total han sido descubiertas más de medio centenar de especies.

"Lo asombroso --concluye Beechler-- era la falta de precaución de los animales. En su estado salvaje, todas las especies tienden a tener miedo de los humanos, pero es una conducta aprendida porque antes se han encontrado con ellos. Esto demuestra que aún hay lugares por descubrir que el hombre nunca ha tocado".