Las distantas pruebas recogidas por la Ertzaintza indican que el vigilante de la Hacienda de Guipúzcoa Manuel Apaolaza asesinó a su jefe, Florencio Parra, prendió fuego al edificio y se suicidó. Fuentes de la investigación revelaron que dos vídeos de seguridad del interior del edificio grabaron a Apaolaza cuando cometía el homicidio y, después, cuando encendía papeles. Además, junto al cuerpo de Apaolaza había una nota en la que confesaba el crimen y anunciaba su suicidio.

Las investigaciones apuntan a que el vigilante jurado, localizado el martes con un tiro en el pecho en las inmediaciones del Kutxaespacio de la Ciencia de Miramón en San Sebastián, disparó a su compañero de trabajo con el arma reglamentaria e incendió el edificio de Hacienda, antes de quitarse la vida con el revólver del calibre 38 que había junto a su cuerpo. Queda por confirmar si la letra de la nota de confesión coincide con la de Apaolaza, y surge la duda sobre cómo llegó al parque tecnológico de Miramón, ya que su coche no ha sido localizado en las inmediaciones.

Pese a que el caso sigue bajo secreto de sumario, ayer trascendió que los vídeos de seguridad de Hacienda grabaron a Apaolaza cuando disparaba a la cabeza a su superior, con quien mantenía un contencioso laboral. Las imágenes muestran que tras el asesinato intentó limpiar la sangre del suelo. Este primer vídeo se grabó a las siete de la mañana del domingo, 17 horas antes de que comenzara el fuego. Sería en ese lapso de tiempo cuando Apaolaza, presumiblemente solo, dañó 300 ordenadores y varios vehículos oficiales.

Un segundo vídeo grabado a las 22.30 horas del domingo, minutos antes de que comenzara el incendio, captó a Apaolaza cuando quemaba papeles en una planta del edificio.

PRIVATIZACION La vigilancia privada de edificios públicos ha quedado en entredicho tras este terrible suceso. El sindicato ELA Ertzaintza criticó ayer la "brutal privatización" que se está produciendo en los servicios de seguridad de las instituciones y reclamó que sean las fuerzas de seguridad las encargadas de su custodia. Denunció incluso que en algunos casos se ha llegado a encargar a guardas privados el control de sedes de la Ertzaintza.

Sobre esta cuestión, el diputado general de Guipúzcoa, Joxe Joan González de Txabarri, declinó toda responsabilidad.