La sección más personal del texto contiene recuerdos del Papa acerca de cómo su fe lo sostuvo tras haber recibido un balazo en el abdomen, disparado por el turco Ali Agca en 1981. El atentado, escribe Juan Pablo II, fue "una de las últimas convulsiones de las ideologías de la prepotencia obviamente, el comunismo desencadenadas en el siglo XX". "Ali Agca es un asesino profesional. Eso significa que el atentado no fue iniciativa suya, que algún otro lo ideó y algún otro se lo encargó", remacha.

Juan Pablo II comenta que "Agca disparó a matar, pero fue como si alguien la Virgen de Fátima guiara y desviara el proyectil". El libro revela que Stanislaw Dziwisz, secretario del Papa, le dio la extremaunción tras una fallida transfusión. "Prácticamente estaba ya en el otro lado", asegura Wojtyla, quien según reiteró ayer el Vaticano reaparecerá hoy en público para impartir la bendición apostólica tras el rezo del ángelus desde un balcón del Policlínico Gemelli, donde, según el portavoz Navarro Valls, "prosigue bien" .