El volcán submarino surgido hace tres semanas al sur de la isla de El Hierro, en Canarias, ha entrado en un nuevo proceso de gran actividad, según confirma el avistamiento de una extraña mancha de color ocre formada por piroclastos humeantes (fragmentos de magma que emergen como burbujas hasta la superficie) y gases.

El burbujeo se ha incrementado de tal manera durante la mañana del viernes, como han confirmado los vecinos que se han acercado al lugar, que no se descarta que se puedan haber abierto nuevas bocas o respiraderos en el volcán. De hecho, se observan manchas de texturas diferentes que proceden previsiblemente de tres focos alineados, según fuentes del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

La noche del jueves, Carmen López, investigadora del IGN y portavoz científica del Pevolca (plan de emergencia volcánica), insistió que los numerosos terremotos detectados en el norte de El Hierro y el elevado tremor o señal del magma en movimiento obedecen justamente a la reactivación del volcán surgido en el sur, cerca del puerto de La Restinga. El aumento de la sismicidad, explicó López, ha provocado una mayor presión sobre el flujo magmático.

El comité del Pevolca informará de las novedades a los vecinos esta tarde. El presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, ha asegurado que hay riesgo si los terremotos superan la magnitud de 4,5 y la profundidad a la que se producen se reduce. Por ahora, la intensidad máxima ha sido de 4,4 en la escala de Richter, cerca del umbral, pero la profundidad del hipocentro se sitúa entre 15 y 25 kilómetros.

Respecto de las deformaciones del terreno, un síntoma de la presión del magma interno, López (IGN) manifestó que mientras que el terreno se relajó en el sur tras la primera erupción, en el norte es donde se perciben los movimientos. La científica no descartó que se pueda producir otro fenómeno eruptivo en la zona de El Golfo, en el norte, que podría tener características similares a la actual erupción en el sur. Sin embargo, como los fondos marinos son más profundos, es posible que no haya evidencia visual de la erupción.