Tarde pero puede que a tiempo. El accidente de Santiago, en el murieron 79 personas, "no puede volver a repetirse". Al menos por las causas más que probables que intervinieron en la tragedia de Angrois. La ministra de Fomento, Ana Pastor, quiso dejar ayer claro en el Congreso de los Diputados que tras este siniestro todo se pone en tela de juicio y debe ser revisado con hasta 20 medidas. Los límites de velocidad, los protocolos y sistemas, incluida la reforma del reglamento de circulación, en el que el jueves se basaron los presidentes de Adif y Renfe, Gonzalo Ferre y Julio Gómez-Pomar, para justificar que no había urgencia de haber previsto antes esas modificaciones.

"Se está analizando toda la red y se irán tomando las medidas oportunas para mejorar la seguridad", insistió una decidida Pastor, que reveló haber contratado ya auditores para revisar la velocidad máxima en cada tramo de la red ferroviaria y cambiarlos si los técnicos lo estiman necesario. La medida más relevante y ya en vigor, es la solución provisional en la zona del accidente, de instalar balizas del sistema de seguridad ASFA, que frenan el tren si el maquinista no reduce a tiempo la velocidad para cumplir los límites. Fomento prevé ir instalándolas progresivamente en otras zonas de reducción drástica de la velocidad.

COMUNICACION 'MANOS LIBRES' De forma paralela, el ministerio estudia la posibilidad de introducir sistemas de seguimiento y control por satélite en las zonas de transición del sistema de seguridad ERTMS (el más avanzado) al ASFA en el lugar del accidente. También habrá cambios en los requisitos de acceso a la profesión, formación y reconocimientos médicos de los maquinistas y se revisarán los sistemas de comunicación móvil en el tren, con la implantación de un sistema de "manos libres".

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