El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, aseguró ayer que pondrá fin a su carrera política en el momento en que prospere la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE). Wert también dijo estar "dolido" por haberse visto obligado a renunciar a las becas de excelencia para mantener las sociales.

El dirigente afirmó que hacer una reforma educativa "encuentra muchas resistencias" y que acostumbran a "polarizarse" en la figura de "a quien le toca el encargo", pero que aceptó ese peaje porque prevé encaminar su futuro profesional por otros derroteros. "Probablemente en un mal cálculo de mis fuerzas y en un exagerado cálculo de mis capacidades, decidí que puesto que no tengo ambiciones políticas ni seguiré en política tras este empeño, creía en esta reforma y no tenía miedo a afrontar el coste personal que podía suponer", dijo.

En cuanto a las protestas que ha generado la LOMCE, el responsable de Educación ha reconocido que al aceptar el cargo no midió correctamente "la intensidad decibélica" de los envites a los que debería enfrentarse. No obstante, afirmó que volvería a aceptar el cargo aunque supiera que iba a encontrarse todas estas reacciones en su contra. Wert declaró que le ha "dolido" mucho tener que renunciar a cubrir becas de excelencia --aquellas cuya concesión se rige por el rendimiento académico-- para ofrecer más ayudas de base social. A su juicio, "aunque la equidad es el valor más importante que hay que preservar", el sistema de ayudas al estudio debe proyectar "señales de valor sobre el esfuerzo, la exigencia y el rendimiento".