A Iñaki López (Bilbao, 1973), profesional como la copa de un pino que dirige y presenta La Sexta Noche le pido entrevistarle como consorte y accede encantado. Lo hace para hablar de la marcha de Andrea Ropero, su esposa y madre de su hijo, a la que conoció en el programa de debate y actualidad política de la cadena de Atresmedia en el que han trabajado codo a codo casi siete años. Andrea Ropero se emocionó al escuchar la canción Que te vaya bonito de Chavela Vargas que le dedicó Ferrán Monegal en su despedida. López habla de La Sexta Noche, del porqué de su éxito y de las novedades que presenta, y encara una nueva temporada del programa con nuevas secciones, como la que pone a un político a cocinar con el chef Javier Peña, un consultorio de sexo con Lorena Berdún y fichajes como Ramoncín.

-Andrea vuela sola... ¿Cómo lleva que su mujer le haya abandonado?

-Empezamos con ganas, aunque, lógicamente, con pena, porque despedirte de alguien que además de tu pareja ha sido tu compañera durante casi siete añazos en un programa tan intenso, de cinco horas en prime time en directo, pues la verdad es que cuesta. Pero es más llevadero todo teniendo en cuenta que luego me la encuentro al llegar a casa.

-Usted le dijo que iba a crecer profesionalmente. ¿Se siente orgulloso?

-Sí. Me parece un paso muy importante . Va a aprender muchísimo, se va, además, a un prime time y a un programa consolidado y el más efectivo de la televisión. Y con un gran comunicador como es Wyoming y un equipazo. Hablando con ella cuando estaba en Lampedusa, me dijo que lo estaba pasando mal, pero va a aprender latín. La productora y la cadena se lo han puesto fácil, porque cuando llevas siete años, te vuelves segurola y te da mucho vértigo. Ha pasado nervios y ha tenido dudas, pero se ha decidido.

-Ella dice que ha aprendido muchísimo con usted.

-Es que La Sexta Noche trata telita pura. Empezamos nuestro programa prácticamente con la resaca del 15-M. Hemos pasado por toda la corrupción, por el surgimiento de nuevos partidos dirigidos por personas que eran tertulianas de nuestro programa... Como Albert Rivera, que dio el salto a la política nacional, y la creación de Podemos con Pablo Iglesias. Hemos vivido la transformación del bipartidismo en España al multipartidismo. Hemos vivido muchas cosas. Y eso ha hecho que los programas políticos salten al prime time y a una franja como el sábado noche.

-Cinco intensas horas…

-Los debates son calientes. Alejados de las polémicas y las cuestiones personales, pero calientes. Además, hemos tenido a presidentes del Gobierno, ministros... Y muchos ojos puestos encima, claro, porque son muchos los intereses que hay en cada uno de los invitados. Lo que hace que con la intensidad sientas más cercanía con tus compañeros de trabajo. Y como no ha habido muchos cambios en siete años, hay sensación de piña, de familia... Y que se haya ido Andrea, que era una pieza absolutamente fundamental en este programa, nos está costando a todos asimilarlo. Aquí somos todos amigos. Hay buen ambiente. Siete años en televisión es como la edad del perro: como los 80 de un humano.

-Tampoco hay mal ambiente. Pese a Inda y Marhuenda.

-Es que no queremos generar más crispación de la que ya genera la propia vida política de este país.

-Usted se encarga de pararlos sin crisparse demasiado. Admirable.

-Es que lo que sobra es la mala leche y el mal humor. Yo no puedo perder el buen humor. Y es que todo se puede hacer sin perde el respeto al de enfrente. Los temas personales hay que dejarlos aparte.

-Esta temporada han incluido novedades.

-Sí, secciones y tertulianos. Pero espero que no alarguen más el programa o tendré que pedir medias de compresión, porque si no me saldrán varices.