Los responsables policiales de seguridad de la boda real justificaron ayer la necesidad de retirar las armas al casi un centenar de vigilantes privados que controlan los grandes centros comerciales, joyerías, bancos y estaciones de metro y de Renfe ante los que discurrirá la comitiva real. Los mismos interlocutores aseguraron que la medida ha sido aceptada sin ningún tipo de problema por todos los responsables de los centros, que podrán disponer de su personal armado una vez finalicen los actos relacionados con la boda. La mayoría de los pequeños comercios han optado por echar el cierre.