Uno de cada tres tramos de las carreteras nacionales que discurren por Extremadura presentan un índice de riesgo alto o muy alto en cuanto a la posibilidad de sufrir accidentes, según un estudio realizado por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que analiza el peligro de 1.190 de los 1.357 kilómetros de la red viaria extremeña de titularidad estatal.

El informe recoge los datos de accidentes del trienio 1999-2001 y, a partir de ahí, califica los tramos con un código de colores que va desde el negro (riesgo extremo) hasta el verde oscuro (tramo muy seguro) pasando por el rojo (alto riesgo), amarillo (peligro medio) y verde (riesgo bajo).

Según esta calificación, Extremadura es la sexta comunidad autónoma con mayor número de puntos donde el riesgo de accidente es extremo , con un 13% de tramos en esta situación, a los que hay que sumar otro 17% donde el peligro es muy alto. Además, la provincia de Badajoz se sitúa como la quinta de España donde las carreteras son más peligrosas, sólo por detrás de Pontevedra, Lugo, Asturias y Burgos. En Cáceres la situación es bastante mejor, ya que sólo hay dos tramos de alto riesgo, ambos en la N-630: el que va de Cáceres a Valdesalor y el que une Plasencia con el cruce de la carretera de Hervás.

En cuanto al estudio por carreteras, destaca negativamente la N-435, que va desde La Albuera hasta el límite con Huelva pasando por Barcarrota, Jerez y Fregenal, y donde todo el trazado (unos 80 kilómetros) recibe la calificación de muy peligroso .

En menor medida, la N-430 (Mérida-Ciudad Real) también puede considerarse como de las peores, con 60 kilómetros de alto riesgo en su trazado extremeño. Caso similar lo constituye la N-432 (Badajoz-Córdoba), que antes de salir de la región por Granja de Torrehermosa reparte en sus 154 kilómetros cuatro tramos negros , que suman 54 kilómetros peligrosos.

Paradójicamente, las dos principales vías de la región, la N-V y la N-630, son las que menos peligrosidad muestran, pese a soportar un tráfico más intenso que el resto. En el caso de la N-V, la explicación parece estar en lo recogido en las conclusiones del informe del RACC, donde se apunta que las carreteras sin cruces a nivel y con mediana son mucho más seguras.

En cuanto a la N-630, la situación también podría dar la razón a los autores del estudio, que indican que para mejorar el índice de accidentes hay que invertir en mantenimiento y señalización, lo que coincide con que esta carretera es de las que cuentan con una mayor inversión en acondicionamiento y reparaciones por parte de Fomento.

TRAMOS SEGUROS

En la parte positiva del informe, se indica que 18 tramos de la red viaria estatal en Extremadura son bastantes seguros. Entre ellos destacan el tramo urbano por Zafra de la N-432, donde el desdoblamiento de la vía y la construcción de rotondas en los cruces dejan los tres kilómetros del trazado en un índice de riesgo cero, pese a soportar cada día el paso de casi 5.000 vehículos, y el que va de Mérida al desvío de Calamonte en la N-630 (dos kilómetros), también de peligro nulo aunque la intensidad media diaria de vehículos supera los 10.000.

En el mismo sentido, la variante de la N-630 en Cáceres (26.000 vehículos diarios), tiene un índice de riesgo muy bajo.