Tolerancia cero ante las agresiones. Esta es la apuesta de CSIF como el único modo de reducir los "numerosos" actos de indisciplina que se producen en los centros educativos y de erradicar las agresiones. Y habla con datos en la mano. Según la última encuesta elaborada por el sindicato a más de 1.500 docentes sobre la conflictividad escolar en Extremadura, el 78% de los maestros y el 80% de los profesores de Secundaria han sufrido alguna falta de respeto por parte de alumnos o sus padres. El 24% y el 44%, respectivamente, han sufrido amenazas, principalmente de los alumnos, mientras que el 45% de los maestros y el 70% de los profesores han sufrido agresiones verbales o físicas. Unos datos, que recabados hace dos cursos, se mantienen prácticamente actualizados, según el presidente de CSIF, Adrián Vivas.

Asimismo, reconoce que desde que firmó con la Consejería de Educación en 2006 el Compromiso por la Convivencia, los casos de agresiones físicas a los profesores son "mínimos", pues la Fiscalía actuó "contundentemente" en los casos que se dieron en Navalmoral y Villanueva de la Serena, explica Vivas, que ya está pensando en repetir la encuesta este curso. Sin embargo, advierte de que en los centros extremeños existe otra violencia considerada "de baja intensidad" --insultos, amenazas, chantajes, desprecios, mofas y ofensas-- que están destruyendo la convivencia escolar.

Otro datos significativos, subraya el sindicato, son que el 25% del profesorado ha tenido que recurrir a algún tipo de baja, normalmente por ansiedad, por estos motivos; que el 54% está desmotivado por la falta de respeto y de consideración, y un 9% del profesorado encuestado muestra recelo a entrar en clase.

El 98% de los encuestados consideran que hay medidas que pueden contribuir a mejorar esta situación: un mayor reconocimiento social de la profesión docente (86%); dotar de autoridad a los profesores (78%); reducir las medidas burocráticas en expedientes (87%); protocolo de intervención inmediata por parte del director en caso de conflicto (69%); introducción de la figura del mediador escolar (26%) y una mayor implicación de los padres en el proceso educativo (76%).