El amor-odio entre los facultativos y los políticos es constante, aunque más bien lo segundo es lo que ha venido imperando en los últimos años. El colectivo médico, un gremio muy corporativista, ha rechazado muchas de las fórmulas planteadas por la Consejería de Sanidad para mejorar el sistema, que en un momento dado puede ´colapsar´. Por ejemplo, los médicos de refuerzo, que para el Simex es un acuerdo malo para todos; o el horario, que los galenos entienden excesivo en la mayoría de las ocasiones y que excede con creces su jornada laboral si quieren atender al paciente como debieran.

Uno de los tiras y aflojas continuos entre ambas partes es el gasto farmacéutico, que la Junta tiende a controlar y que solo con el buen hacer de los médicos es posible llevarlo a la práctica, si bien, conocidos los últimos datos de importante aumento del gasto en medicinas, la ´batalla´ la ganan por ahora los facultativos.

También es temido por cualquier político del ámbito sanitario el aumento de las listas de espera. Han sido numerosas las reuniones para intentar reducirlas, pero en algunas áreas es prácticamente imposible lograrlo debido, según las tesis médicas, por la falta de especialistas en algunas zonas de salud de Extremadura.