La paradójica historia del virus gripal H1N1, detectado, observado y tratado con unos recursos biomédicos e informativos sin precedente mundial, ha puesto en un compromiso a los gobiernos, a los científicos y a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que erraron estrepitosamente al pronosticar su gravedad y actuaron como si la humanidad afrontara un mortífero peligro. A punto de cumplirse un año de la primera alerta, todos se esfuerzan ahora en exponer ante la opinión pública argumentos que salven su credibilidad en el futuro.

Las primeras estimaciones realizadas en junio del 2009 con información procedente de la OMS y del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CEPCE) llevaron a pensar que en Extremadura las personas infectadas (que iban a entrar en contacto con el virus), serían unas 600.000, de las que al menos la mitad --sobre unas 300.000-- iban a acabar desarrollando la enfermedad. Finalmente, y de acuerdo con los datos del Sistema Centinela del Servicio Extremeño de Salud (SES), los casos han estado en torno a los 33.000, es decir, unas diez veces menos de los cálculos iniciales, mientras que los fallecidos durante el mismo periodo a causa de esta patología han sido diez (se llegó a hablar de entre 3.000 y 4.000). Bien es cierto que, una vez que se conoció la incidencia de la enfermedad en el hemisferio sur, ya en septiembre, las previsiones fueron mucho más aproximadas (alrededor de 35.000 casos).

"Las informaciones que llegaban eran preocupantes y hubo que poner en marcha toda la maquinaria de medidas preventivas y de tratamientos", justifica Clarencio Cebrián, director general de Salud Pública del SES, que hace un balance positivo de cómo se ha desarrollado la campaña preventiva. "Ha habido una gran coordinación entre las comunidades autónomas. Se ha actuado y se han llevado a cabo las medidas de prevención perfectamente, previendo lo que podía suceder". Además, Cebrián señala que la labor de concienciación a la ciudadanía también ha servido "para romper la cadena de transmisión" del virus.

SIN GRIPE ESTACIONAL Durante estos últimos meses, la incidencia del virus H1N1 ha desplazado a los virus de la gripe estacional. Procedentes de los centros hospitalarios en Extremadura se han notificado 300 casos de gripe A, de los que 290 necesitaron de ingreso y 140 se consideraron graves. Un 81% de los enfermos presentaban factores de riesgo, siendo el de fumador habitual el de mayor porcentaje (le siguen asma, diabetes, e inmunodepresión). De los graves, un 67% eran hombres, mientras que la edad media de diagnóstico se situó en 42,5 años. El área de hospitalización que concentró mayor tasa de incidencia fue la de Navalmoral de la Mata, y Plasencia la que menos.

En total, en las ocho áreas de salud extremeñas se distribuyeron 203.760 vacunas, de las que se acabaron administrando una cuarta parte (52.040). En cuanto a los tratamientos antivirales, se tenían preparados unos 79.000 encapsulados, a los que se suman otros 170.000 en polvo.

¿Qué se hará ahora con las dosis sobrantes? "Los tratamientos de momento se tienen ahí por si hay que utilizarlos, hasta que caduquen", dice Cebrián. En el caso de la vacuna, se seguirán las directrices que marquen la Comisión de Salud Pública y el Consejo Interterritorial. "La idea es que se donen a terceros países", apunta el director general.

Por otro lado, el episodio de la gripe A, virus al que se atribuye la muerte de 17.700 personas en todo el mundo y que aún se mantiene bajo la consideración de alerta pandémica, ha reabierto el debate sobre la confusa decisión que permitió anunciar una supuesta amenaza mundial ante un virus que se expandía a gran velocidad pero cuya levedad empezaba a ser notoria. Ese anuncio fue posible gracias a la modificación de los criterios que definen a una alerta pandémica, un cambio adoptado por la OMS semanas antes de que irrumpiera el H1N1. Hasta entonces, la declaración de alerta pandémica ante un virus nuevo exigía que se dieran dos circunstancias: la veloz propagación infecciosa y una tasa de mortalidad elevada.

La gripe A, consideran algunos expertos, restablecerá la necesidad de que se den esos dos últimos requisitos antes de definir futuras pandemias víricas. El asesor especial de la OMS sobre la gripe A, Keiji Fukuda, justificó esta misma semana el citado cambio de requisitos pandémicos en el precedente que supuso el virus aviario H5N1, surgido en el 2004, que es mortal para un 60% de las personas que sufren su infección. El H5N1 limitó su acción al sureste asiático y no se llegó a transmitir de persona a persona.

En esta misma línea, el coordinador de la ONU para la gripe, David Nabarro, defendió el pasado miércoles la actuación de la OMS ante esta pandemia, informa EFE. "Nos encontrábamos en una situación en la que contábamos con información limitada sobre su epidemiología y no podíamos en ningún momento hacer predicciones con total seguridad sobre la evolución de los acontecimientos", dijo Nabarro en una conferencia de prensa en Naciones Unidas. Afirmó que "los que trabajamos en este campo nos sentimos aliviados de que esta pandemia no se convirtiera en una causa de innumerables muertes". "Pese a ello, todavía afecta a comunidades en Africa y no sabremos, hasta que se extinga, si hay la posibilidad de que la situación vuelva o empeore", resaltó. Al mismo tiempo, Nabarro llamó la atención sobre el hecho de que esta enfermedad ha sido "particularmente desagradable", para ciertos segmentos de la sociedad, como los jóvenes y las embarazadas. "En resumen, diría que la OMS hizo lo que era necesario como agencia de la ONU responsable en esta materia", agregó.

INDUSTRIA FARMACEUTICA Sobre la posible influencia de la industria farmacéutica en la OMS, el especialista británico señaló que esta agencia de la ONU tiene que mantener un diálogo con los fabricantes de medicamentos para poder disponer de vacunas. "Lo que puedo decir es que necesitábamos muchísimo los contactos con las farmacéuticas porque de ello dependía tener acceso a las vacunas", agregó. Nabarro señaló que la respuesta de la comunidad internacional al desafío planteado por el virus H1N1 será uno de los asuntos que se debatirá en la conferencia ministerial sobre animales y pandemias de gripe, que se celebrará entre el martes y el miércoles próximos en Hanoi (Vietnam). Una de las metas del encuentro es formalizar los mecanismos de cooperación entre países e instituciones internacionales durante la crisis del año pasado y la causada por la gripe aviar en el 2005. Al respecto, Nabarro insistió en la necesidad de fortalecer las medidas necesarias para prevenir que las condiciones en que se crían las aves de corral o el ganado sean fuentes de propagación de nuevos virus.

Naciones Unidas calcula que el 75% de las nuevas enfermedades que padece la humanidad tienen procedencia animal, mientras que cada año aparecen nuevas dolencias entre los animales que pueden llegar a contagiar al ser humano. La globalización, el aumento de la presencia humana en los bosques tropicales vírgenes y los efectos del cambio climático en el hábitat de los animales son factores que pueden aumentar la incidencia de estas nuevas enfermedades.