Si hay un alcalde con mayúsculas en Extremadura ese es Amador Alvarez. Como él dice, sus vecinos no le dejan que abandone el ayuntamiento "ni con agua caliente". Lleva treinta años al frente del pequeño municipio de Carrascalejo de la Jara y es el único edil que se mantiene desde las primeras elecciones municipales hace treinta años. Cuando empezó, cuenta, "nadie iba al ayuntamiento, y ahora hay colas porque estamos dando todos los servicios, en todos los ayuntamientos, a utilizar el fax, por la ayuda a domicilio, a ver al agente de desarrollo local, absolutamente todo se gestiona desde allí".

Esta abrumadora lista de servicios que se ofrece desde los consistorio provoca, comenta, que ahora, como antes, no haya dinero para llevarlos a la práctica con garantías, por lo que reivindica la descentralización desde la comunidad autónoma a los ayuntamientos, porque "estamos en la ruina".

Se da la circunstancia de que cuando él tomó posesión de su cargo "no acudió nadie", y que ha pretendido dejar la alcaldía en varias ocasiones, pero "cuando digo que me voy, me corren a gorrazos allí y me dicen que soy egoísta, después de treinta años", sonríe. Ahora está embarcado en uno de sus proyectos más ilusionantes, dotar al pueblo de una residencia de mayores, porque es una necesidad y en un año estará abierta.