Pese a la presión de EEUU, el Gobierno turco no ha descartado ocupar el Kurdistán iraquí si entiende que la evolución del conflicto pone en peligro sus intereses en la región. Turquía, según fuentes diplomáticas occidentales, no está interesada en abrir un frente bélico con los kurdos, so pena de exponerse a la cólera de EEUU, al que ya ha fastidiado al prohibirle el paso de tropas por suelo turco y obstaculizar un ataque por el norte. Ankara no está dispuesta a quedarse al margen del reparto de influencias; de ahí su determinación a mantener presencia armada en la región.