Aunque tan solo lleva algo más de un año al frente de la Dirección General de Migraciones, Antonio Olivenza es una de las voces autorizadas de la Administración regional para analizar la situación de los fenómenos migratorios en Extremadura. "Es algo que me apasiona, podría estar hablando de ello durante horas", afirma. Bajo su punto de vista, hablar de emigración en la región es mirar al pasado, mientras que en el presente y el futuro la atención la focalizan la inmigración y el retorno.

--Los sociólogos hablan de un proceso de estancamiento de la emigración extremeña. ¿Coincide en el diagnóstico?

--Realmente en Extremadura ya no se puede hablar de emigración, ya no hay. Existió y fue una gran sangría entre los años 1945 hasta mediados de la década de los 80, cuando perdimos cerca de un millón de habitantes.

--Pero los jóvenes siguen marchándose a otras regiones para continuar con sus estudios o para trabajar.

--Es que ahora lo que tenemos es una emigración de excelencia. Se marchan no porque en Extremadura no encuentren las condiciones necesarias para quedarse, sino para satisfacer sus aspiraciones, porque les apetece vivir en Madrid o Barcelona o porque quieren terminar sus estudios en Estados Unidos.

--Por tanto, siguen encontrando en otras regiones recursos que aquí no tienen o que todavía son insuficientes. De lo contrario no se marcharían.

--Es cierto que la región aún no ha desarrollado todo su potencial y que hay una parte de esta emigración de excelencia que se marcha por eso. Es otra sangría, ya que se van los más preparados, lo mejor que tenemos. Pero estamos pagando las consecuencias de errores pasados: Extremadura quedó fuera de los planes de estabilización del franquismo, no hubo planificación industrial para nosotros y eso provocó que quedásemos relegados a las últimas posiciones del país cuando hasta entonces aportábamos al PIB más que la mayoría de las otras regiones españolas. También nos perjudicó la falta de libertades, de democracia. Ahora, sin embargo, hemos logrado ser por primera vez en nuestra historia una comunidad autónoma de inmigrantes, no de emigrantes.

--¿Y a qué se debe ese cambio?

--Los extremeños estamos quitándonos nuestros complejos. Hoy tenemos empresas punteras a nivel nacional e incluso internacional y lo hemos conseguido porque ya reunimos las condiciones para que se instalen aquí. Hay infraestructuras tecnológicas y de comunicación, recursos energéticos, suelo industrial-

--Entonces, ¿es que esos jóvenes que se van no están valorando todo eso?

--Quizá no hayamos sido capaces de poner en el mercado y ante los ojos de todos el grado de desarrollo del que dispone Extremadura. Pero los recursos están ahí. De hecho, somos una de las comunidades autónomas con mayor implantación de la fibra óptica y tenemos una de las mejores redes de autovías de todo el país. Aún quedan ciertos estigmas, como por ejemplo que los jóvenes extremeños piensen que en Extremadura la mejor salida laboral es trabajar como funcionario. Hay que cambiar ese chip. Tenemos que ayudarles a materializar sus sueños y aspiraciones, pero dentro de la región.

--Durante la campaña electoral, Guillermo Fernández Vara ha insistido en que una de las urgencias es lograr mantener población. ¿Qué van a hacer en este sentido?

--Guillermo cree prioritario para el desarrollo de la región el crecimiento demográfico. Tenemos que ganar población. Para ello, durante esta legislatura se pondrá en marcha el Plan de Población Inmigrante, con mecanismos de acogida e integración, así como un Plan Retorno, para que aquellos emigrantes que salieron hace años regresen o al menos instalen aquí su primera residencia. Aquí van a tener todos los servicios que necesiten.

--En el caso de los retornados, el problema es que se trata de población que laboralmente ya es improductiva, porque suele tratarse de jubilados.

--Hasta ahora el retorno se ha basado en las clases pasivas. Es cierto, pero tenemos que pensar en algo más, en las segundas y terceras generaciones de esos emigrantes. Hay que convencerles de que Extremadura ha alcanzado un grado de desarrollo importante, que pueden instalar aquí sus negocios y que la región está en una situación privilegiada, a solo dos horas de Madrid, Sevilla y Lisboa.