"Habrá que reflexionar sobre la posibilidad de hacer ajustes". Esa ha sido la reacción de Jesús Caldera, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales --en funciones-- y uno de los artífices de la Ley de Igualdad, tras comprobar que las listas paritarias no han servido para incrementar la representación de la mujer en el Congreso de los Diputados tras las elecciones del 9 de marzo --hay dos menos que en el 2004--.

La obligación de los partidos de presentar candidaturas en las que ningún sexo tenga una representación mayor al 60% ni inferior al 40% --en tramos de cinco puestos-- ha tenido resultados dispares en los comicios municipales y autonómicos --celebrados en mayo del 2007-- y en los generales. De hecho, tras los primeros, la cifra de concejalas en Extremadura se incrementó un 30% respecto al anterior paso por las urnas, en el 2003. En este sentido, la cifra de féminas que accedieron a un cargo municipal se elevó de 203 a 259, teniendo en cuenta que las listas paritarias solo eran obligatorias en los municipios de más de 5.000 habitantes --40 en la región--. Pese a ello, sólo el 41% de las concejalías estaban ocupadas por mujeres, que, sin embargo, representan el 51% de la población.

Pero los resultados del 9 de marzo no han sido tan acordes con los deseos de Caldera, que ha manifestado que no le gustan y ha dejado la puerta abierta a "corregir este tipo de problemas". El motivo es que de los 350 escaños del Congreso, solo 123 estarán ocupados por diputadas en esta legislatura, lo que supone dos menos que en el anterior periodo de Cortes y el 35% del total de puestos parlamentarios. "La aplicación práctica de la norma ha llevado a que el resultado no sea tan satisfactior", lamenta el ministro. El problema, según los sindicatos, es que la ley no obliga ni garantiza un porcentaje mínimo de mujeres en los puestos de salida de las listas.