Llama la atención el color, el olor y el tamaño de los productos. Que el dependiente llame por su nombre al cliente, la disposición a ayudar a cargar con una bolsa o colocar una silla para quien esté cansado. Hay fruta y hortalizas de las huertas de Cáceres; carnicerías con materia recién salida del matadero; y pescados y mariscos que aún huelen a mar. Hay confianza y familiaridad.

Es el Mercado Municipal de Abastos de Cáceres, fundado en 1996 en la ronda del Carmen, mucho más pequeño que sus predecesores, pero es que los tiempos han cambiado. Apenas hay una quincena de puestos abiertos, y otros tantos vacíos. "Falta vida", dice una clienta. "Y un ultramarino donde poder comprar un poco de todo --mantequilla, pan, harina, yogures...--", añade sin dar su nombre.

Tampoco se atreven a revelarse los comerciantes. "Cada vez viene menos gente. Las grandes superficies se lo llevan todo" dice uno. Y ¿cómo creen que pueden mejorar? "Las instalaciones están bien, pero algunas cosas como el aire acondicionado se hicieron mal, y deben solucionarlo", responde otro. También demandan carros para comprar o renovar las cámaras de frío, que dan "bastantes problemas". Pero sobre todo piden más cercanía a los responsables políticos.

Según el concejal de Infraestructuras, Miguel López, para el 2008 tenían un presupuesto de 100.000 euros para mejorar el aspecto y la luminosidad del edificio, "pero como era poco lo hemos reservado para sumarlo a lo de este año". "Se pueden hacer muchas mejoras y con nuestra ayuda. Aquí nadie se ha negado a pagar más por mejorar", defienden en uno de los puestos.