Extremadura ha perdido su tradición carnavalera en la mayoría de las ciudades extremeñas. Sólo Badajoz, Navalmoral de la Mata y Mérida mantienen vivo el espíritu de esta fiesta pagana que cobró un especial protagonismo en la región a finales de los 80 y principios de los 90. En municipios como Cáceres, Don Benito, Plasencia, Almendralejo o Villanueva de la Serena, el Carnaval ha desaparecido o quedado como una actividad lúdica meramente testimonial.

En la región extremeña, Badajoz sigue siendo el referente. Un año más, el Carnaval pacense sigue creciendo. En esta edición ha aumentado el número de murgas en concurso (19), pero también el desfile de comparsas será este año más numeroso. Se calcula que podrán contar con casi 4.000 participantes. La previsión es que unas 100.000 personas puedan acudir a presenciar este pasacalles multicolor por la capital pacense.

En el 2003, el ayuntamiento destina al carnaval de Badajoz 241.000 euros (más de 40 millones de pesetas). Un presupuesto que contrasta con el que el consistorio cacereño destina a la fiesta este año, 53.000 euros (casi 9 millones de pesetas).

En Cáceres reconocen la falta de arraigo del Carnaval entre sus gentes aunque el ayuntamiento ha programado numerosas actividades --la fiesta de Las Lavanderas, la Quema del Pelele o el Lunes Medieval-- para distinguirse del resto de fiestas en al comunidad. Donde la tradición parece recuperare es en la ciudad de Mérida.

El Carnaval emeritense resurge poco a poco tras tomar las riendas de la organización la Asociación Cultural Carnaval Romano, con el objetivo de levantar una fiesta que había caído en picado en 1994, año en que las comparsas hicieron una huelga por la supresión del Martes de Carnaval como día festivo.

CARA Y CRUZ

En esta edición ha aumentado la participación en concursos aunque aún está lejos conseguir el ambiente carnavalero de la ciudad del año 1985. La organización ha duplicado el presupuesto para Carnaval, que pasa a ser de 35.000 euros este año. Situación bien distinta se vive en Plasencia, donde la fiesta ha ido decayendo progresivamente hasta desaparecer por completo este año, ya que el ayuntamiento ha decidido no promover actividad alguna. Tampoco lo hará la excoordinadora del carnaval que, desde que dimitiera el año pasado, se mantiene al margen de la fiesta.

Aunque la ciudad placentina nunca ha sido muy Carnavalera , los amantes de la fiesta sitúan el inicio del fin en el año 1992, con el nacimiento de la Asociación Placentina Coordinadora del Carnaval, pero lo cierto es que en los últimos años se ha pasado de organizar dos desfiles, de adultos y niños, a uno, para suspenderlo definitivamente el año pasado. En el 2002 sólo hubo una paellada en la plaza con un concurso de disfraces, pero según el concejal de Festejos, Paco Gil, "no tuvo muy buena acogida".

Al igual que en Plasencia, en Don Benito y Villanueva el Carnaval está en vías de extinción. En ambas localidades, a la vista de la poca participación e implicación ciudadana en los desfiles de los últimos años, se ha optado por mantener tan sólo una fiesta de Carnaval infantil en ambas ciudades. En este sentido, el concejal villanovense, Francisco José Chiscano, indicó que el presupuesto del Carnaval se destina este año a financiar un circuito de conciertos que acoge 22 actuaciones musicales y de humor por los bares del municipio villanovense.

En Almendralejo, las actividades también van dirigidas a los más jóvenes. Todos los actos programados entre el 28 de febrero y el 4 de marzo cuentan con un presupuesto municipal de uno 3.000 euros, según fuentes de la delgación de Festejos. Una cantidad muy inferior a la de otras ediciones, y es que el Carnaval en Almendralejo vive un acusado declive desde el año 1997 en el que esta fiesta perdió poco a poco el apoyo popular.