Dirigió de forma polémica Correos entre 1996 y el 2000, y desde el pasado 28 de febrero es consejero delegado de una Cetarsa en fase de privatización, cargo que sorprendentemente compatibiliza con la presidencia de Minas de Almadén y Arrayanes SA (MAYASA). Licenciado en Economía y Derecho por la Universidad de Deusto y descendiente de una saga de agricultores de Zaragoza, ha reconocido que desconoce totalmente el sector del tabaco y que, por tanto, aún tiene que patearse muchos regadíos del Alagón para entender el verdadero significado del cultivo.

"Creo que no hay razones objetivas para que los trabajadores de Cetarsa puedan sentirse intranquilos por su futuro por el mero hecho de que pueda ser privatizada. Mientras Cetarsa haga lo que hay que hacer, y lo haga de forma eficiente, su futuro está asegurado. Todo depende de nosotros y lo eficientes que seamos haciendo nuestro trabajo; lo demás no es sustancial, es accesorio", ha asegurado Esteruelas a la revista especializada Tabaco y Noticias . La plantilla y los tabaqueros no parecen tenerlo tan claro sin embargo.

Dentro del amplio currículum profesional del consejero delegado de Cetarsa destaca un presunto episodio de corrupción durante su paso por el organismo autónomo estatal Correos y Telégrafos, a cuya dirección general en de 1996. Según ha revelado la revista Mundo Tabaquero , José Ramón Esteruelas fue acusado de corrupción en 1999, cuando siendo director general de Correos favoreció supuestamente a una empresa de unos amigos suyos y del exministro de Fomento, Rafael Arias Salgado.

Correos alquiló un edificio que aún no estaba construido, propiedad de la empresa Monthisa, por 3,2 millones de euros anuales en el madrileño Campo de las Naciones, con el fin de trasladar las dependencias del organismo autónomo. Monthisa era propiedad de Santos Montoro y otros accionistas, que fueron socios de Esteruelas.

El ahora consejero delegado de Cetarsa fue socio de Santos Montoro en la empresa Falster, dedicada a la explotación de apartamentos turísticos en Mallorca hasta 1997, sólo unos meses antes de beneficiarle presuntamente con el contrato de alquiler del edificio de Correos.

Según las revelaciones de Mundo Tabaquero , el alquiler se formalizó en un procedimiento anormal, sin concurso público, lo que motivó la comparencencia urgente, a petición propia, de Esteruelas en el Congreso de los Diputados para tratar de explicar las irregularidades que denunciaron los partidos de la oposición y los representantes sindicales.

Los amigos de Esteruelas en Monthisa adquirieron la parcela en el Campo de las Naciones al presentar una oferta de 10,9 millones de euros. Poco después de su adquisición, formalizaron el contrato de alquiler por 3,2 millones de euros anuales. De este modo, Monthisa promovió la construcción de un edificio para el que tenía garantizado su alquiler cuan-do ni siquiera estaba construido. La empresa beneficiaria invirtió 12,2 millones de euros en la construcción de las siete plantas de que consta el inmueble.

A pesar de que el edificio no estaba construido y Esteruelas dijo que esta incidencia supondría una ventaja por permitir adecuarlo a sus necesidades, Correos tuvo que invertir 841.000 euros adicionales para subsanar carencias relacionadas con normas de seguridad e higiene en el trabajo que no fueron pagadas por Monthisa, sino por el organismo autónomo.

Las obras fueron realizadas por la firma Tilmon, vinculada a Monthisa. Curiosamente, en enero del 2000, José Ramón Esteruelas decidió cesar a tres de sus principales directivos, entre ellos la directora financiera, Carmen Rodríguez Ares, cuyo departamento fue el que se encargó de realizar el informe que desaconsejaba el alquiler de la oficina a Monthisa.