El comisario provincial de Badajoz, Francisco Trigo, está convencido de que se ha producido un cambio cualitativo en el organigrama del narcotráfico en el área de Badajoz. Así lo expresó ayer al valorar la nacionalidad de siete de las diez personas detenidas en la operación Titanium. Y en ello coincidió con Antonio Mejías Sánchez, jefe de la Brigada Judicial pacense, quien por su parte destacó que los narcotraficantes cada vez utilizan más medios y más sofisticados para su seguridad.

Trigo manifestó su convencimiento de que en la actualidad, la venta de droga a pequeña escala en la zona de Badajoz está ya bajo control de grupos colombianos, que además de controlar una parte del mercado nacional e internacional, en manos de los grandes clanes, ha llegado a penetrar el menudeo del pequeño comercio.

Según dijo, la cabecilla de la red desarticulada, si bien ella no manejaba la droga personalmente, se encargaba de la organización de operaciones de gran tamaño y no de la distribución a pequeña escala. Sin embargo, algunos de los detenidos en esta operación, sí que actuaban en ambos mercados.

LA FRONTERA Consideró además Trigo que la frontera con Portugal supone también un factor decisivo para el comercio de estupefacientes en la capital pacense.

Antonio Mejías puso de manifiesto que en esta ocasión, los detenidos no llevaban un ritmo de vida que delatase la disposición de dinero por encima de sus posibilidades. Trigo añadió que "en este caso, son personas conocidas y hasta queridas en su entorno social y no hacían ostentación de dinero ni de bienes". Además, todos los colombianos se encuentran en España en situación legal y ninguna tiene antecedentes.

En cuanto a los medidas de seguridad de los narcotraficantes, "son cada vez mayores y y con más medios técnicos", según Mejías, quien puso como ejemplo el uso de vehículos potentes, de todo tipo de barreras para impedir el acceso a las casas e incluso de cámaras de vigilancia camufladas.