En los últimos siete años, las redes extremeñas de distribución de energía han recibido una inversión superior a los 41 millones de euros procedentes de los fondos europeos, lo que supone ocho millones más de lo previsto inicialmente.

Este gasto ha servido para mejorar las redes de suministro en numerosas poblaciones de la región, especialmente de zonas rurales, incrementar las posibilidades para la instalación de industrias o ampliar la estación de gas que Enagas tiene en Almendralejo.

Sin embargo, la partida más voluminosa se la ha llevado la actuación de Red Eléctrica de España (REE) en el eje Alma raz-Guillena. Según REE esta inversión tenía cuatro objetivos fundamentales: El primero, conectar las redes centro y sur de la península, asegurando la calidad del servicio; El segundo, conectar las subestaciones de Brovales y Alqueva, como primer paso para el Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel); el tercero sería garantizar la evacuación de la energía generada por las plantas de ciclo combinado y los parques eólicos, en ambos casos aún en fase muy inicial, y el cuarto suministrar electricidad a consumidores especiales.

Entre estos consumidores especiales, según el documento de programación del gasto de los fondos europeos, se encuentran la siderúrgica del Grupo Gallardo en Jerez y la línea de alta velocidad Madrid-Lisboa.

Es en este último proyecto donde se habrían volcado los mayores esfuerzos, puesto que las líneas existentes de distribución de electricidad en la región no podrían cubrir, ni de lejos, las demandas del AVE.

Esta situación, poco valorada en el análisis de las posibilidades de que el tren de alta velocidad esté o no listo para circular en el 2010, supondría, de no haberse empezado a invertir, que ni el acelerón de las obras ni el aumento de las inversiones previstas por Fomento aseguraría que el tren circulase en la fecha prevista.

De hecho, en el documento de revisión de la planificación estatal de los sectores de gas y electricidad, elaborado por el Ministerio de Industria y vigente hasta el 2011, no se contemplaban ni las líneas ni las subestaciones para el AVE extremeño.

Esto ha generado serias dudas sobre el cumplimiento de los compromisos. En parte, las justificaciones del gasto realizado en la línea Almaraz-Guillena por parte de REE suponen que se estaría empezando a actuar en este ámbito. Con todo, la habilitación de esta línea no soluciona totalmente el problema, ya que el recorrido del AVE necesita aún más subestaciones y nuevas líneas.