Todavía es un proyecto, pero las voces críticas surgidas en torno al mismo han obligado a la Administración regional a buscar aliados de enjundia que difundan la bonanza del mismo. Para ello, han creado un decálogo , aunque en realidad son nueve puntos, en el que explican por qué es necesario contar con una refinería en Extremadura. Todo queda plasmado en la declaración pública de ayer que refleja los puntos que a continuación se detallan.

La Junta, apoyada por los sindicatos UGT y CCOO y la patronal empresarial, avalan primero la viabilidad de esta iniciativa por "su repercusión en la economía, en el empleo y en el desarrollo", bajo el principio del cumplimiento estricto de la legislación vigente especialmente la referida a la seguridad pública, laboral y de protección medioambiental.

A este respecto, el segundo punto de la declaración sellada ayer incide en las repercusiones sobre el medio ambiente, nulas, según los firmantes, que confían en que los estudios de impacto ambiental así lo reflejen. La sostenibilidad del medio, aseguran, debe permitir el desarrollo social, económico, laboral y medioambiental.

Otra pieza fundamental para el Ejecutivo regional, UGT, CCOO y la Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (CREEX), es la creación de empleo estable. Así lo destaca el tercer punto de este decálogo . La cifra de 3.000 empleos es muy repetida en este sentido. Pero ese empleo, destacan los firmantes, debe basarse en criterios de prevención de accidentes laborales, la igualdad de trato, la información, la estabilidad laboral y el respeto a los derechos de los trabajadores y sindicatos.

La agricultura, asegurada

Pero, ¿qué argumentos figuran en el documento en relación a quienes ven perjudicados los intereses agrícolas? Lo cierto es que las partes que han firmado la declaración consideran "compatible" la apuesta por el proyecto de refinería con el apoyo a otras iniciativas empresariales que surjan en la región.

Esa compatibilidad incluye también al sector agroindustrial --desde donde se han vertido las mayores críticas--, cuya viabilidad está asegurada, según el punto quinto del documento. La razón, según Junta, empresarios y sindicatos: el aprovechamiento de las sinergias de un proyecto como este, que "permitirá un futuro de mayor equilibrio".

Una vez dado por sentado que nadie resultará perjudicado, según los firmantes, la declaración avala la extremeñidad del proyecto en lo que a su sede social se refiere, y "su evidente influencia en la reversión de rentas y redistribución de riqueza que ello conlleva". Aquí es donde entra la participación de la Sociedad de Fomento Industrial de Extremadura (Sofiex).

Otro de los puntos recoge el compromiso para impulsar la puesta en marcha de iniciativas empresariales que surjan a raíz de la construcción y el mantenimiento del complejo.

Pero, todo lo anterior debe ser controlado, y para ello, el punto octavo anuncia la constitución de un comité de seguimiento, en el que participarán, además de los firmantes, los municipios afectados, el grupo Gallardo y algunos expertos.

El documento acaba con un llamamiento a la sociedad extremeña para que ayude a poner en marcha la refinería.