En sus dos apariciones públicas como novia del Príncipe, Letizia Ortiz ha vestido de blanco, lo que permite suponer que el día de su boda también lo hará.

La prometida del Príncipe protagonizó la sesión fotográfica de su petición de mano de ayer no sólo por el color blanco nupcial de su traje pantalón, sino porque mezcló su aplomo de avezada presentadora de televisión, curtida en mil conexiones en directo, con la inseguridad de una novia que, a pesar de haber ensayado mil veces lo que dirá el día que le presenten a sus futuros suegros, acaba por saltarse el guión.

Letizia quería decir muchas cosas y las dijo todas, aunque eso le supuso interrumpir al Príncipe en algunas ocasiones y puntualizar sus palabras en otras, como si se hubiesen repartido los papeles y ella temiera que uno de los dos se olvidara de algo. Cuando él dijo que ambos tenían confianza en la decisión que habían tomado, ella puntualizó por lo bajini "y convicción". Letizia también apostilló a su prometido en varias ocasiones.

AYUDA A LA REINA

Una de las cosas que la prometida del Príncipe tenía en la cabeza como mensaje prioritario se refería a la Reina, quien estos días le ha ayudado y respaldado. Sofía debía acordarse de lo sola que estuvo cuando, ya casada con el entonces príncipe Juan Carlos, llegó a España sin familia y vigilada por todos, los adictos al régimen y los opositores. La Reina se propuso que a la novia de su hijo no le pasara lo mismo, y Letizia se lo quería agradecer con unas sentidas palabras.

La futura Princesa de Asturias empezó a desgranar una serie de frases agradeciendo el apoyo de los Reyes, pero el Príncipe quiso hablar antes de que ella concluyera su frase y Letizia no pudo evitar decirle: "Déjame terminar". Temía perder el discurso y que nadie supiera lo que había supuesto para ella "el impagable ejemplo de la reina Sofía".

La sesión de fotos de los novios empezó en los jardines situados frente a la fachada del palacio de El Pardo. Allí se comprobó que Letizia prefiere los pantalones a las faldas. Los que han trabajado con ella, dicen que jamás usa falda.

DISEÑO DE ARMANI

El traje, de crªpe color blanco roto, constaba de una chaqueta de solapas levantadas y un pantalón ligeramente acampanado. Un diseño de Giorgio Armani que Letizia fue a buscar el pasado martes a una de las tiendas que esa firma tiene abierta en Madrid. Si hubiera dispuesto de más tiempo, Letizia se hubiera hecho entallar la chaqueta para ajustarla a su figura. Pero en dos días, sólo pudo subirse el dobladillo del pantalón y no mucho, pues apenas se le veía el tacón de sus zapatos negros.

La novia empezó la sesión de fotos mostrando, orgullosa, la alianza de oro blanco con brillantes talla baguette que le había regalado su prometido, muy similar a la que la infanta Cristina recibió de Iñaki Urdangarín. La joya fue adquirida por una persona próxima al Príncipe en la recién inaugurada joyería Suárez de Barcelona, para evitar que se produjera la más mínima filtración.

Letizia también acudió a la misma joyería, pero en la tienda de la firma en Madrid, para adquirir el regalo para su prometido, unos gemelos de oro blanco con zafiros azules que finalmente sustituyeron al reloj que previamente había encargado en la citada firma.

Pero además de estos presentes los novios también se intercambiaron regalos de carácter simbólico. El le cedió un collar de perlas y zafiros antiguo. Una "joya de familia", según las palabras del Príncipe. En ese punto, Letizia no quiso ser menos que él y definió como "joya literaria" la edición original de la obra de Mariano José de Larra que le regaló a su novio.