La campaña militar en Irak entró ayer en una nueva fase con bombardeos aéreos masivos en Bagdad y ciudades del norte del país, como Mosul y Kirkuk. Estos ataques se consideraron el inicio definitivo de la operación Conmoción y Pavor. En el Pentágono, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, mostraba claramente su estrategia de desgaste psicológico del enemigo.

"El régimen iraquí empieza a perder el control de su país. La confusión entre los mandos crece y empiezan a darse cuenta de que el régimen es historia", sentenció. "Es tarde para que sigan en el poder. Saben lo que tienen que hacer," dijo.

DETALLES DEL ATAQUE

Fue el general Richard Myers, jefe de la Junta de jefes del Estado Mayor, el encargado de explicar los detalles de los bombardeos masivos, que se sumaron al avance de la campaña por tierra y al ataque a objetivos de oportunidad con los que se inició la guerra.

"Varios cientos de objetivos militares serán atacados en las próximas horas", anunció Myers, quien dijo que "la operación Libertad iraquí está plenamente en marcha". Myers confirmó que las instalaciones petrolíferas de Um Qasar, el único puerto iraquí en el golfo Pérsico, han quedado bajo el control de las tropas de la coalición que lidera Estados Unidos.

CON EVASIVAS

Por su parte, el secretario de Defensa, Rumsfeld, respondió ayer con evasivas a preguntas directas como, por ejemplo, qué se ha sabido de las supuestas armas de destrucción masiva en poder del régimen iraquí que se han utilizado como argumento para iniciar el ataque: "Nada definitivo", dijo. Rumsfeld prefirió destacar los "cientos de rendiciones" en el Ejército iraquí y una resistencia sólo "esporádica", y elaboró una lista de objetivos más propia de un discurso de Bush que de un responsable militar.

Por otra parte, las armadas de la coalición anglo-norteamericana abordaron ayer una fragata y dos remolcadoras iraquís que transportaban 135 minas terrestres, según informó ayer Myers desde el Pentágono.