La psicóloga Johanna Peetz afirma que la celebración de aniversarios, especialmente en fechas redondas, crea una sensación de «nuevo comienzo», de «posibilidad». El viaje en el camino de la memoria y la identidad personal es especialmente marcado para quienes vivieron el acontecimiento original, pero también, según otra psicóloga, Anne Wilson, contribuye a reforzar la «identidad colectiva» o elementos como el «orgullo nacional». Esas reflexiones que las profesionales hacían hace unos días en Space.com cobran forma hoy en Estados Unidos, donde no hay prácticamente ciudad que no esté volcada estos días en rememorar y celebrar el hito de la llegada del hombre a la Luna.

En la víspera del aniversario, el presidente Donald Trump recibió en el Despacho Oval a Buzz Aldrin y Michael Collins y sus familias y a los hijos de Neil Armstrong, fallecido en el 2012. Según un tuit de Aldrin, fue una reunión «excelente» en la que abordaron «el futuro de EEUU en el espacio, formas de lidiar con los retos espaciales y la necesidad de seguir explorando más allá del horizonte». Y Trump, que ha defendido su apuesta por crear una rama espacial dentro de las Fuerzas Armadas, aprovechó para lanzar también un mensaje optimista de que «¡la NASA ha vuelto!» y, en su personal y coloquial estilo, asegurar que «ahora hacemos que la usen los ricos y paguen alquiler».

El cierre del tuit de Aldrin, en el que añadió al eslogan de Trump «mantengamos a América grande» la coletilla «en el espacio», provocó reacciones encontradas, pero la celebración del hito difícilmente quedará enturbiada por la posible politización. Y es que la conquista de la Luna tiene un lugar especial en el sentir colectivo.

Nuclear en las celebraciones del hito en EEUU es el Centro Espacial Johnson en Houston, donde la sala de control de la misión Apolo 11 ha sido reabierta al público tras una meticulosa restauración. Pero el auténtico epicentro de esas celebraciones de la NASA es el Centro Espacial Kennedy en Florida.

FIESTAS Y CONFERENCIAS / Las fiestas, conferencias, festivales de ciencia y exposiciones, no obstante, se extienden de costa a costa. En Washington DC, durante esta semana el obelisco del Monumento nacional se ha transformado gracias a una espectacular proyección en el Saturno V y en ese mismo enclave, en el Mall, culminan cinco días de Go for the moon, un festival organizado en colaboración con la NASA por la Smithsonian y el Museo del Aire y el Espacio, al que también ha vuelto restaurado el traje original que vistió Armstrong en su paseo lunar.

En Nueva York, mientras, las miradas se van a dividir este sábado entre Sotheby’s, donde la subasta de tres cintas de grabaciones originales de la misión se espera que supere el millón de dólares, y Times Square. Un festival con actividades para toda la familia apadrinado por la fundación de Buzz Aldrin va a transformar durante 14 horas el corazón turístico de Manhattan en la base del alunizaje, y las pantallas gigantes acogerán una proyección de la artista británica Helen Marshall que se verá también en Londres y Singapur.